En Monte Sinaí, las calles parecen ríos

A 24 horas de la gran inundación sufrida por decenas de moradores de cooperativa María Paidal, en el sector de Monte Sinaí, este sábado 4 de marzo del 2017, muchos siguen caminando con el agua estancada en las calles de piedra.

En el bloque 9, por la calle principal, el agua, en menor caudal seguía su curso como un riachuelo y bañaba todo a su paso en alrededor de seis cuadras hasta ir a desembocar en un canal, cerca de la población, asentada al noroeste de Guayaquil, sobre el margen derecho de la avenida Casuarina.

Algunas amas de casa, niños y jóvenes, con zapatos en la mano, o en zapatillas caminaban largos tramos para llegar a sus viviendas o salir de ellas. Hombres en motos y jóvenes en bicicletas, recorrían suavemente para evitar las piedras o huecos. El caudal del agua había bajado, pero no del todo.

En algunas cuadras, el líquido lodoso se quedó estancado en distintos tramos de las calles y en los patios de varios de los solares vecinos, especialmente en los que estaban sin rellenar.

Ericka Mora, apenas había terminado de limpiar la sala de su casa, y echar todo el lodo que le quedó del viernes, cuando la fuerte correntada los sorprendió a amanecer luego de la intensa lluvia que cayó en la ciudad de Guayaquil, durante la noche.

A causa del fuerte temporal, Luis Monserrate, otro morador debió sacar el agua lodo con un recipiente de plástico, mientras que en casa de la familia Rivadeneira, el jefe de familia permanecía aquejado en su salud. En medio de la incomodidad por la calle con agua, el temor de varias de las madres es que sus niños se enfermen.

El lodo predominaba en las calles de piedra y tierra, aquellas que aún no son asfaltadas, mientras por los canales el torrente fluía intenso.