El dilema de los quiteños con el clima es cotidiano: salir o no con ropa abrigada. Las mañanas se tornan calurosas, aunque para la tarde nada está dicho. Podría ser que caiga un fuerte aguacero o simplemente sople un gran viento, que vaya de lo moderado a lo fuerte e, incluso, huracanado.

Para el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), a esta variabilidad se la llama inestabilidad atmosférica. El fenómeno ocurre cuando la Sierra va a entrar a la época lluviosa, desde septiembre, dejando atrás el tiempo seco o verano (agosto).

Vladimir Arreaga, técnico del Inmahi, detalló que en este periodo de transición, el aumento de lluvias será significativo. “Para este mes 68.9 milímetros de intensidad moderada aunque puede subir. En julio, por ejemplo, tuvimos una cantidad de 21 milímetros, mientras que en agosto se registraron 27 milímetros”.

Para saber todo ello, hay cuatro puntos de monitoreo: Tababela, La Carolina, Cutuglagua y Tumbaco, describió el experto. En el caso de Quito, ellos toman en cuenta los datos que arroja la segunda estación.

Con eso se prevé que para mediados de este mes, las precipitaciones pasen de moderadas a altas. Esto porque este fenómeno llega desde el Oriente ecuatoriano, en donde los chubascos han sido constantes. Existe la posibilidad de que en las mañanas haya presencia de sol, en la tarde se nuble el cielo y en la noche existan ligeras lloviznas.

Por eso, es preciso prevenir ante estos repentinos cambios. Los transeúntes deberían siempre llevar un paraguas y ropa abrigada, fácil de cargar. En cuanto a los conductores, en caso de lluvia el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) les recomienda que debe disminuir la distancia entre autos, evitar los charcos y encender las luces en caso de una aguacero.