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Los ‘juguitos’ de naranja son sus ‘chauchitas’

Redacción Quito
Lilian Herrera está preocupada. Su puesto de jugos de naranja es la ‘chauchita’ con la que sustenta gastos extras del hogar. El estudio realizado por el Municipio de Quito que revela que “el 32 % de estas bebidas no son aptas para el consumo humano”, la llena de incertidumbre.
Ella lleva dos meses en este negocio y considera que la higiene es un acto de sentido común. “Yo soy mamá y preparo los jugos, tal como si fueran para mis hijos. No entiendo por qué la alarma, si el porcentaje es mayor de quienes tenemos un puesto limpio”, detalló.
Pese a que tiene un espacio cerca de la calle, ubicado en el sector de La Ofelia (norte), cuida la elaboración de la bebida. Según ella, la mesa cubierta con una funda de plástico evita que se concentre la humedad y que proliferen los hongos.
Además, el parasol y los utensilios perfectamente cubiertos también colaboran con “la sanidad de su naranjada”.
Lilian no permite que la fruta se exponga al sol, la corta y prepara en el momento preciso de un pedido. “El jugo es fresquito, no lo tengo embotellado porque se hace ácido”, explicó.
Sin embargo, la masiva aparición de vendedores de ‘naranjada’ ha puesto en ‘jaque’ al Municipio. A pesar de que según el portal de la Agencia Metropolitana de Control (AMC), el tratamiento con otros alimentos y bebidas de venta ambulante es el mismo.