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Lugares 'instagrameables' en Guayaquil | El suburbio tiene una calle entera
Habitantes del suroeste ya no tienen que ir lejos de su zona para comer rico. Hay negocios que ofrecen comida variada en ambientes ‘pelucones’.
La calle Argentina, en el tramo que va desde la 20 hasta la 21, es un ‘oasis’ de luz y movimiento. Este sector del suroeste de Guayaquil llama la atención por la cantidad de ciudadanos que se estacionan allí en busca de platos variados: desde helados innovadores hasta asados tradicionales y cortes prémium.
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Pero no solo destaca la oferta gastronómica, también resalta el ‘ñeque’ que han puesto los comerciantes a la decoración de los locales y a sus servicios. Por ejemplo, Martha Naranjo es la dueña de Ruta 21, un establecimiento que abrió hace cuatro años como un pequeño local de asados y que en este 2025 se mudó a un espacio más amplio, donde incluso ofrece un salón de karaoke.
¿Por qué han decidido transformar locales en lugares 'instagrameables'?
“Sabemos que los clientes son ‘noveleros’, les encanta ver algo nuevo o simplemente algo llamativo. Por eso decidimos incluir flores, globos, luces y hasta una máquina de peluches en el nuevo local. ¡Ahora se toman fotos hasta en la calle!”, cuenta entre risas.
Martha asegura que, además de la variedad, cuentan con precios asequibles y horarios extendidos para los clientes trasnochadores. “Lo más importante es que es barato. Es un lugar al que pueden venir a comer bien, sentirse como ‘pelucones’ y sin gastar mucho”, menciona.

Otra muestra de que el ingenio en el diseño engancha al cliente es la única heladería ubicada en esa calle. Allí atiende Gretel Villao, quien comenta que la ‘curiosidad mata al gato’ (los clientes), y que muchos entran solo a ver la decoración del local... pero terminan comprando al menos un cono.
En medio de paredes en tonos tierra y un mostrador perfectamente ordenado y limpio, se exhiben utensilios cuyos colores combinan con las piezas en 3D que decoran el sitio. “Tenemos hasta sabores prémium, como pistacho o ‘cookie monster’ (helado de galletas con chispas de chocolate y chicles), y a un precio que le gusta al cliente”, comenta Gretel con una sonrisa pícara.
El otro lado de la estética: Se apaga cuando la violencia se 'enciende'
Pero la ‘magia’ se apaga cuando a Martha Naranjo se le menciona el tema de la seguridad. Cuenta que a pesar de que la policía ronda la zona de forma regular, también han sido víctimas de extorsiones (‘vacunas’), lo que los ha obligado a cerrar más temprano y ha provocado la disminución de la clientela.
“Yo considero que la afluencia ha bajado en un cincuenta por ciento. Por nuestra seguridad, hemos preferido perder a los clientes que venían de madrugada”, admite. Otra comerciante, que regenta una licorería, relata que durante el fin de semana del Día del Padre esperaban vender una gran cantidad de licor, alrededor de 400 dólares, pero las ganancias no llegaron ni a los 100.
“Tenemos miedo de terminar ahogados y no saber cómo pagar los gastos fijos, como el arriendo y los sueldos, por las bajas ventas”, señala. Sin embargo, estas tres mujeres ‘duras’ de los negocios coinciden en algo: seguirán ‘camellando’ mientras la seguridad lo permita. “Esperamos que las extorsiones y los casos de asesinatos no nos terminen de ‘matar’, así como la obra de la calle, que demoró más de un año”.
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