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Ayer por la mañana, familiares llegaron a Guayaquil.Amelia Andrade / EXTRA

¡Macheteado en cárcel regional!

Ocho personas privadas de libertad fueron procesadas por el delito de asesinato. La víctima estaba a dos meses de salir de prisión.

Le faltaban apenas dos meses para cumplir la sentencia de nueve años que le impusieron tras un robo cometido en Quevedo, provincia de Los Ríos, su tierra natal, pero la muerte se le adelantó.

Carlos Diego Suárez Carrera, de 32 años, fue asesinado durante una riña en el Centro de Privación de Libertad Zonal 8, Regional Guayas, ubicado en el kilómetro 17 de la vía Guayaquil-Daule.

El hecho se suscitó aproximadamente a las 18:40 del pasado viernes y tras el crimen, 8 personas privadas de libertad (PPL) fueron aprehendidas para investigaciones y trasladadas a la Unidad Judicial de Flagrancia, del cuartel Modelo, en el norte porteño.

Ayer por la mañana, se realizó una audiencia de formulación de cargos en contra de los sospechosos y, tras pedido del fiscal Darwin Muñoz, fueron procesados por el delito de asesinato y recibieron orden de prisión preventiva. Es decir, que regresarían a sus celdas.

Los individuos fueron identificados como Cristhian Oswaldo Lino Alcívar, Jhon Alexander Portilla Mabuscay, Álex Armando Plúas Navarrete, Julio Javier Cedeño Guale, Robert Luis Naura Bravo, Milton Medardo Rosero Almeida, Jorge Enrique Ycaza Abad, Kenny Lorenzo Medina Carvajal y Carlos Francisco Plúas Aroca.

En el acta de la audiencia, consta que Portilla y Lino se autoinculparon y pidieron librar de responsabilidad a los otros sospechosos.

El primero, en su intervención durante el acto judicial, dijo que vio que supuestamente la víctima fue “a matar a Lino. (De ahí), le pegué y se le cae el machete. Lino lo cogió y se lo metió. Yo cogí utensilios de cocina para darle y los demás solo se metieron para que ya no le demos (ataquemos) más”. Luego, Lino reiteró que “nadie más tiene algo que ver”.

Lila Suárez, hermana del fallecido, viajó junto a otros parientes desde Quevedo para realizar los trámites legales y retirar sus restos. “También queremos que todo se esclarezca. Él no tenía enemigos ni me había contado de ningún problema”, sostuvo la pariente.