A pesar de las advertencias de las autoridades y las restricciones para controlar el aumento de contagios de COVID-19, los desobedientes no han parado de aglomerarse, farrear en pleno toque de queda, beber en las calles, entre otras cosas. 

Esto, según el ECU-911, le ha costado al país 2'533.437 dólares ya que responder a estas emergencias ha implicado recursos extras.

Los comportamientos inadecuados se conocen como incivilidades y el centro de emergencia ha registrado desde el inicio de la emergencia sanitaria 1'131.000 de estos eventos. 

Según la entidad, con este dinero se habría podido comprar 1.100 dispositivos PTZ, o se habrían renovado las pantallas y consolas. "Es decir, prácticamente la articulación de emergencias para una ciudad entera", dijo Juan Zapata, director del ECU-911.

Estas conductas tienen, según el informe, que ver precisamente con las zonas con más contagios de coronavirus. 

En las cifras del Ministerio de Salud las provincias de Pichincha (35,5 %), Guayas (13,4 %), Manabí (7,3 %), Azuay (5,4 %), El Oro (4,8 %) y Loja (3,8 %) lideran las cifras de contagiados del virus.