Las olas empezaron a preguntar por “Toñito”, como conocían al salvavidas y surfista Antonio Bermúdez, quien falleció el jueves pasado, en un accidente de tránsito, en el norte de la provincia de Manabí. Sus colegas, vestidos de blanco, llegaron a la playa de Puerto Polo, en el cantón Sucre,  alzaron las tablas y colocaron una foto de él entre las boyas.

A modo de ritual, en voz alta, como si quisieran que Bermúdez escuche en la eternidad, expresaron su pesar.

“Este lugar fue tu oficina durante mucho tiempo para salvar vidas...”, exclamaba, entristecido, Silvio Benavides.

Luego caminaron por la playa, donde Bermúdez dejó huellas que el mar no podrá borrar. “Esta playa no será la misma sin ti, pero tu sonrisa, tu legado, tu recuerdo será el sol que brille en todo su esplendor...”, expresó Manuel Cobeña.

Posterior, unos 50 “cabalgadores de olas” agarraron sus tablas y corrieron hacia el mar. Nadaron con todas sus fuerzas. El océano calmado parecía triste al enterarse de la ausencia del salvavidas.

En el agua, formaron un círculo en torno a la tabla en la que habían puesto una foto del amigo y un ramo de flores. Silvio Benavides alzó la imagen, y los demás arrojaron flores, salpicaron agua y lloraron.

Finalmente, miraron al cielo y regresaron a tierra con el recuerdo eterno del hombre que salvó vidas. (AG)