Liovigildo González tiembla, llora y enciende una vela. Allí , de rodillas frente al memorial donde están escritos los 209 nombres de los fallecidos en el terremoto del 16 de abril, el hombre recuerda a quienes se adelantaron.

"Estoy aquí por mis parientes, los que fueron y no fueron, no podemos olvidarnos, siguen impregnados en nuestras memorias", lamenta el hombre con voz entrecortada, mientras a su alrededor también está lleno de nostalgia.

A su vez el anciano mira al cielo, allá donde están sus panas que se marcharon aquel 16 de abril del 2016. Lleva además consigo una especie de pequeño escrito, allí se lee la fecha, hora y otros detalles de la fatídica fecha que golpeó a los manabitas.

Las escenas de dolor rodean el memorial. Ese es el muro de los lamentos de los deudos como Marley Buenaventura, quien perdió a su hija.

Mientras abrazaba su retrato la dolida madre dice que el golpe no ha podido ser superado. Recuerda que Xiomara Moreira tenía 3 días laborando en el Edificio Felipe Navarrete.

"Es un dolor tan grande. Ella fue rescatada entre los escombros 5 días después del terremoto, una de las últimas en ser sacadas. Fue un duro momento del cual no podemos olvidarnos", relató entre lágrimas.

Otra de las imágenes conmovedoras de la mañana la protagonizó Jorge Jaramillo. El hombre estaba de rodillas y con su dedos señalando el nombre de una fémina. Dijo que era alguien que quería mucho, pero no quiso profundizar en el tema. "Hasta me han amenazado por esto", reveló el hombre antes de marcharse y persignarse.

La mañana de ayer en algunos cantones de Manabí se llevaron a cabo ceremonias conmemorativas. En el cantón Pedernales, epicentro del poderoso movimiento telúrico, se efectuó una misa.