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Más de 120 técnicos evalúan si se derriban casas

Redacción Quito
El panorama arquitectónico, tras el terremoto del pasado 16 de abril, era casi idéntico en Pedernales, Manta y Portoviejo. Las paredes colapsadas, casas totalmente destruidas, viviendas viradas o pisos superiores que destrozaron la primera planta.
El Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) realizó el análisis a 1.300 de estas infraestructuras afectadas por el terremoto de 7,8 grados en Manabí.
Según la cartera estatal, “en Manta, las brigadas revisaron el estado estructural de 800 inmuebles, mientras que en Portoviejo  350 y en Pedernales 150”.
Handel Guayasamín, presidente del Colegio de Arquitectos del Ecuador Provincial de Pichincha (CAE-P), explicó que primero se debe realizar dicha evaluación técnica. “El viernes salieron más de 120 técnicos que se capacitaron donde nosotros”, acotó.
Los especialistas, según Guayasamín, evaluarán los inmuebles que necesiten renovarse o simplemente derrocarse por temas de seguridad humana.
El Miduvi, como parte de las inspecciones, colocó stickers informativos de tres colores, dependiendo la situación del área. “Rojo para edificaciones colapsadas e inseguras, además se prohibirá el ingreso y ocupación de las mismas. Amarillo, que restringe el paso a ciertas áreas o por período de tiempo a las viviendas. Verde indicará que sus habitantes podrán ocuparla sin peligro”, puntualizó la institución gubernamental.
Las propuestas
El representante del CAE explicó que tras las demoliciones de aquellas edificaciones tienen que analizarse propuestas de ordenamiento territorial, de diseño urbano. Además de planes de viviendas, que sean consecuentes a las zonas afectadas.
“Esto será una responsabilidad mutua:desde el propio Gobierno, la sociedad civil e incluso de organismos internacionales”, aseveró el arquitecto.
Gladys Ponce, presidenta del área de construcción de la Cámara de la Pequeña Industria, dijo que la población afectada puede ser socorrida desde tres propuestas de vivienda. El primero es levantar las casas;lo segundo es hacerlo con materiales locales; mientras que la tercera tiene que ser, obligadamente, la de una solución habitacional. 

 

La informalidad  
Tradicionalmente la Costa ha tenido construcciones hechas con recursos locales (madera, caña, entre otros). “Estas tuvieron gran capacidad de resistencia al sismo, porque eran estructuras articuladas y ligeras”, precisó Guayasamín.
Todo esto se cambió por edificios con tipologías trasladadas de las grandes ciudades, constituidas por cemento en su mayoría. Sin embargo, “estas construcciones fueron verdaderos ataúdes porque no cumplen con la normativa básica”, aseveró el profesional.
Por su parte, Ponce corroboró esta afirmación detallando que el 70 por ciento de las construcciones en el Ecuador son informales.
El asambleísta Octavio Villacreses explicó que hay la propuesta de crear un organismo, el cual regule a las entidades que dan paso a esta clase de trabajos informales.

“Las reglas de habitabilidad deben cumplirse. Lo que tenemos es que haya promoción inmobiliaria, gestión del uso de suelo siempre y cuando cuidando estándares mundiales”, indicó el político.(MAG)