Paulina Moposita se quedó sin tres de sus once mascotas, tras un nuevo caso de envenenamiento de perros en Ambato, provincia de Tungurahua. La mujer lloraba de impotencia por haber tenido que enterrar a sus animales.

Ayer, a las 05:00, la adulta mayor encontró a tres de sus perros muertos en el patio de su casa, en el barrio El Progreso, perteneciente a la parroquia Atahualpa. Maní, otro de ellos, en cambio, estaba agonizando.

Paulina de ‘una’ le preparó varios brebajes a su amado Maní, entre ellos el agua de jabón, y le cortó la oreja derecha para que le saliera la sangre envenenada. Con eso le salvó la ‘campana’.

“Parece que corretearon por toda la casa de la desesperación por el veneno. A Maní logramos ayudarlo, creemos que se comió la sobra y por eso el veneno no tuvo tanto efecto”, dijo Paulina.

La afectada tenía, en su mayoría, perros adoptados y es la primera ocasión que le ha tocado vivir algo así. El hecho tiene alarmados a los lugareños, quienes tienen su propia teoría sobre lo ocurrido.

“En la madrugada vimos a un hombre alto con un traje plomo, capaz fue él. Al parecer nos quieren robar”, manifestó Paulina.

Es la segunda vez en menos de dos meses que ocurre un ‘perricidio’ en la capital tungurahuense. María Moposita, ñaña de Paulina, es otra de las perjudicadas.

A ella le mataron a sus dos perros cuidadores. Princesa, una de sus mascotas, quedó acostada sin vida en la pared de la casa. “En total se murieron diez perros envenenados donde mi hermana y otro vecino. Sospechamos que son ladrones”, lamentó la fémina, a quien le costó asimilar lo sucedido en el sector.

El asesino, al parecer, arrojó carne envenenada para cometer su oscuro objetivo. Los perjudicados mencionaron que no denunciarán el hecho porque no tienen pruebas de quién lo hizo. Solo se resignaron a sepultar a sus animales cerca de las matas de frutas que hay en la zona.