Redacción Quito
Los ojos de Érika Ruiz se humedecen cuando mira su inmueble de cuatro pisos destruido por el terremoto de 7.8 grados, ocurrido el pasado 16 de abril.
Ayer, luego de ocho días del siniestro, la mujer recordó que durante el sismo estaba sola en una de las habitaciones de su hogar, ubicado en el barrio Nueva Aurora, sector Quitumbe, sur de la capital.
Se encontraba asustada, pues sentía cómo su casa se balanceaba, las paredes se destruían de a poco y las cosas caían al piso. En aquella edificación, una de las seis afectadas por el seísmo en Quito, Érika vivía con su esposo.
“Hasta ahora siento nervios de lo acontecido y solo el rememorar lo que pasé me pone mal”, comentó la dueña del domicilio, quien todavía no sabe qué sucederá con su inmueble.
“Han llegado unas personas del Municipio (de Quito) para decirme que me van a notificar para que derroque mi domicilio”, dijo la afectada, quien agregó que para ello tendría que buscar un ingeniero civil.
“Estoy preocupada porque me quedé sin mi casa y con una deuda en el banco por una hipoteca”, mencionó.
Por el momento la pareja vive en el inmueble de una familia que habita por el sector.

Lo perdieron todo
La familia Oña Erique es otra de las afectadas, ya que el día del movimiento telúrico su casa, ubicada en el sector de Ciudad Futura, sur de la ciudad, se derrumbó, y lo perdieron todo.
Remigio Oña manifestó que “hasta ahora las autoridades no me han informado qué pasará con mi inmueble y necesitó saber si la ayuda se va a realizar por parte del Cabildo”.
Por el momento, el padre de familia, esposa y cuatro hijos permanecen en el albergue del Municipio, en Quitumbe.
Oña detalló que se encuentran bien, pero preocupados por no tener en dónde vivir.
La casa fue completamente derrocada y en el sitio solo se pueden observar restos de concreto, hierros retorcidos que eran de las columnas de la vivienda, dos autos completamente inservibles y algunos objetos de la casa que quedaron en medio de los destrozos de la vivienda. (HA)