“Si me vas a matar, déjame bien muerta”, fueron las últimas palabras que, según testigos, pronunció Keyla Andreina González Mercado antes de ser ejecutada de un disparo en la cabeza, presuntamente por el novio de su mejor amiga.

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El hecho se registró la madrugada del viernes 26 de julio, aproximadamente a la 01:30, en una vivienda ubicada en las calles 28 y Capitán Nájera, en el suburbio de Guayaquil. Este sector forma parte del distrito Portete, que hasta la fecha contabilizaba 200 muertes violentas en lo que iba del año, 101 más que en el mismo periodo del 2024.

Irmania García, abuela paterna de la víctima, relató entre sollozos que antes del disparo escucharon gritos desde el interior de la casa. “Primero se escuchó que ella decía: ‘no, no, no’, pero pensamos que estaba jugando con sus amigos”, contó.

La joven, de 28 años, se encontraba bebiendo junto a una amiga y la pareja de esta. Según los familiares, hubo una discusión y después comenzaron los gritos. “Mi sobrino fue a ver qué pasaba. La casa estaba cerrada con llave y tuvo que tumbar la puerta. Cuando entramos la vimos sentada en una silla, con un tiro en la cabeza, ya estaba muerta. El disparo fue sobre la ceja derecha”, relató la abuela.

Ambos huyeron

El agresor y su pareja se movilizaban en una motocicleta roja. Tras el hecho, el hombre huyó del inmueble, a bordo del vehículo. Minutos después, la acompañante salió corriendo. Testigos dijeron que ambos se llevaron las llaves de la casa, dejando a Keyla encerrada.

La joven vivía sola y se dedicaba a vender mercadería que su hermana le enviaba desde Estados Unidos. Era la menor de tres hermanos. Sus familiares también indicaron que desde las 19:00 del jueves, Keyla había estado compartiendo bebidas alcohólicas con sus conocidos.

Según versiones recogidas por la Policía, existiría un vídeo en el que la víctima, minutos antes del crimen, supuestamente dice: “si me vas a matar, déjame bien muerta”.

Keyla había viajado a Chile hace dos meses con la intención de establecerse y buscar trabajo, pero regresó debido a problemas de salud. “El frío no le asentó, nos pidió que le ayudáramos con una recolecta para el pasaje y decidió regresar. Vino a encontrar la muerte”, lamentó una de sus tías.

En el lugar del crimen, la Policía halló una bala percutida, otra deformada y el celular de la víctima, elementos que fueron levantados como evidencia.

¿Jugaba con el arma?

Una fuente policial indicó que la mujer que acompañaba a Keyla llegó a su domicilio tras el crimen y le contó a su madre lo que supuestamente ocurrió.

 “Dijo que su hija llegó llorando y le manifestó que Manuel, presunto agresor, estaba jugando con un arma de fuego y, accidentalmente, se le escapó un disparo que impactó a su amiga. No dio más detalles y luego se marchó con rumbo desconocido”, detalló el agente investigador.

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