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“¡Mi hijo no es un asesino!”

Redacción Guayaquil
En el rostro de Dominga Mina González es evidente el dolor al saber que su hijo Segundo Ponce Mina es inculpado del asesinato de las dos turistas argentinas, en el balneario Montañita, de la Península de Santa Elena.
Sus lágrimas revelan la angustia de su corazón. Se aflige, recobra fuerzas y grita: “Mi hijo es inocente...Mi hijo es incapaz de hacer una barbaridad de esa...Mi hijo no es un asesino. No sé si está amenazado y por eso se echa la culpa”, enfatizó la señora, cuyas frases terminaron con llanto y quejidos.
Acompañada de sus otros cinco hijos, cuatro de ellas mujeres, de un tío, un primo y sobrina de Segundo, la señora pidió que “se investigue bien el caso”, porque como madre sabe que su hijo no pudo haber actuado de la manera como lo han presentado.
Para la mujer fue muy duro enterarse por las noticias de que el hombre que nació de sus entrañas había sido apresado e inculpado de tan macabro delito.
Si es que en las investigaciones se le establece responsabilidad aceptaría que se lo sancione, pero ella conoce a su hijo y “sé que él es inocente”, reiteró.
Tania Ponce, hermana del sospechoso, también dijo que “él jamás podría cometer un acto así”. Su familia está compuesta en su mayoría por mujeres y asegura que su allegado las “respeta”, además “no ha tenido ningún tipo de problema con la justicia”.
La dolorosa situación de la familia también embarga al tío Édison Mina Estupiñán, quien sostuvo que su sobrino “no ha cometido ese crimen” y se sumó al pedido para que las autoridades encuentren a los verdaderos responsables del doble homicidio. Confía en que “la verdad va a salir a flote”.
Alexandra, la hermana mayor, comentó que en diciembre, para año nuevo, Segundo los visitó. Lo notaron triste. Él solo les dijo que había tenido problemas supuestamente con unos individuos, pero no les quiso contar más detalles.
Por eso creen que lo que está viviendo su pariente es producto de alguna amenaza.
OTRA INVESTIGACIÓN
La familia acudió al estudio del abogado Héctor Vanegas para que investigue el caso.
Tras repudiar lo sucedido con las dos jovencitas, el profesional sostuvo que desde el pasado sábado tiene a un equipo de investigadores en Montañita buscando todas las pistas necesarias para “saber la verdad”.
Vanegas refirió que existen muchas dudas y que resulta “extraño” que un hombre que nunca tuvo ningún antecedente ni por una contravención ahora haya podido cometer un crimen.
Además solicitó que así como se le ha dado apertura a las familias de las víctimas, también se le permita hacer la indagación que están pidiendo los allegados del acusado.
UN PELOTERO
Criado en el barrio del Cristo del Consuelo, a Segundo le gusta jugar pelota y por esa faceta lo conocen dentro y fuera de la ciudad.
Sus parientes indicaron que él entrenó en dos equipos de la serie A y también fue solicitado en Riobamba, pero no se profesionalizó en esa disciplina deportiva.
Hace cuatro años decidió ir a este balneario costero, porque lo contrataron para enseñar a unos niños de la escuela de fútbol de Montañita. Tiempo después se quedó sin trabajo y pese a que su madre le pidió regresar a Guayaquil, él se quedó porque le habían ofrecido otro empleo.
“Después supe que por la talla y cuerpo lo cogieron como guardia de seguridad”, acotó su madre, quien admitió que no lo visitó en Santa Elena, pero él siempre la llamaba y le decía que “estaba bien”.
Pese a la distancia, según sus allegados, Segundo no se descuidaba de su hija, una adolescente de 14 años. (IC)