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“Mi niña Valeria regresa muerta”

Germania Salazar, Guayaquil
La esperaban glamurosa, coqueta y elegante. Pero volverá dentro de un ataúd.
“A la niña Valeria la esperábamos viva, pero regresará muerta”, exclamaban en medio del llanto las hermanas de la joven transgénero fallecida en Santiago de Chile, el pasado 14 de marzo, a causa de un paro respiratorio, por supuestamente inyectarse silicona líquida en su cuerpo.
En Daule, sus deudos esperan el féretro, cuya llegada está prevista para hoy o mañana. Hasta entonces, lloran la pérdida frente a un altar con retratos y velas encendidas.
Desde la adolescencia, Valeria Franco se independizó de sus familiares, buscó su propio destino y trabajó en diferentes oficios. Pero hace cuatro años, cuando tenía 32, se fue a Chile donde consiguió una vacante como estilista.