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Autoridades hablan de trata y microtráfico
Piden que no se den más donaciones en el campamento de venezolanos del intercambiador de Carcelén, al norte de Quito.
Tras ser trasladados por autoridades municipales a centros de acogida, los venezolanos duermen en camas y se organizan para la realización de actividades en dichos sitios.
Luego de la declaratoria de emergencia en las provincias de Carchi, Pichincha y El Oro por el alto flujo de venezolanos se activó la mesa de movilidad encabezada por la Cancillería, en Quito.
Se indaga si hay trata de personas y/o microtráfico con esta población. “Esto se da desde hace un tiempo, ya tendrán que destaparse estas acciones viles”, afirmó ayer el prefecto de Pichincha, Gustavo Baroja.
Sostuvo, además, que existen indicios de estos delitos y que están en proceso de investigación. El Ministerio del Interior se encargará de aplicar las sanciones correspondientes. “Hay gente que está usufructuando de esta tragedia para su beneficio”, afirmó.
Según el secretario de Inclusión Social de Quito, César Mantilla, la información de la supuesta existencia de estos hechos ha salido de los propios migrantes.
Una de las venezolanas que permanece en el campamento improvisado del sector de Carcelén, Katiuska Rodríguez, contó que un taxista se le acercó y le ofreció dinero para que se fuera con él. “Estamos necesitadas, pero no llegamos a la prostitución”, manifestó.
También escuchó que algunos de sus compañeros de viaje recibieron ofertas para pasar sustancias ilícitas.
Según el migrante, Emberlin Piñate, otra modalidad es la oferta para laborar de meseras en bares. “Nos ofrecieron trabajo atendiendo mesas, pero debíamos estar sexys para seducir a los clientes”, informó.
Además contó que en el camino les ofrecían ‘aventones’ con la finalidad de llevar a las mujeres a otra parte. “Lamentablemente estos asentamientos contribuyen a la existencia de estos delitos”, comentó el prefecto Baroja.
Los que volvieron
El fin de semana pasado 125 personas fueron trasladadas a siete Centros Temporales de Tránsito.
Otras 83 fueron llevadas al albergue San Juan de Dios pero, en ese sitio, solo se quedaron 43. Los demás decidieron no permanecer allí. Mantilla dijo que “no desean ser parte de los procesos internos en cada uno de los espacios, pues hay reglas que seguir y hay que ser severos con eso”.
En el improvisado campamento de Carcelén se encuentran decenas de personas que volvieron de los albergues por supuestos malos tratos. “Nos llevaron engañados, nos dijeron que nos iban a dar de todo. No podíamos dormir con nuestra pareja”, comentó Rodríguez.
En el lugar se puede ver el aumento de personas esperando donaciones de comida y pasajes para seguir su viaje a Perú, Chile o Argentina.
Según César Mantilla, en los centros temporales se pueden quedar hasta 5 días, pero no se los sacará si no existe una solución a su situación”.
Jesús Urbina fue uno de los extranjeros que prefirió salir del albergue y regresar a Carcelén. Lo hizo porque no se sintió cómodo en el ambiente del San Juan de Dios. “No me gusta porque siento que allí es para personas con enfermedades, no para extranjeros”, dice.
Por su parte, José Carvajal afirmó que el traslado fue “una falsedad” porque estuvo antes en el albergue San Juan de Dios y no le permitieron reingresar.
“No nos sacarán”, dijo el venezolano. Asegura que se quedarán en el intercambiador hasta poder ir a un lugar digno “porque somos seres humanos y merecemos respeto”.
Analizarán a supuestos líderes
César Mantilla, secretario de Inclusión de Quito, asegura que en el campamento de la vía pública existirían personas que se aprovechan de la situación de sus compatriotas a través “de los mal llamados liderazgos”.
El funcionario explica que existirían denuncias internas por problemáticas sociales, por lo que han pedido a las autoridades competentes que se analice la situación.
Por su parte, José Carvajal, migrante que permanece en Carcelén, cuenta que, al parecer, en muchas ocasiones las donaciones se han desviado de llegar al sitio. (DMA/AAV)