Antes de que el invierno termine por complicar aún más la movilidad de los vecinos de San Antonio de Pichincha, los residentes de la calle Trigoloma se decidieron a hacer algo por la ruta que, durante las lluvias, se suele volver intransitable.

Los entusiastas moradores se colocaron guantes, botas de caucho y, con pala en mano, iniciaron una minga para realizar los bordillos del camino. Con una mezcla  juntaron el material y empezaron a colocar en los filos del camino con ayuda de una carretilla.

La obra continuará durante los próximos días de este diciembre de 2020, hasta que toda la ruta tenga bordillo. Al menos, una docena de vecinos se turna para los trabajos. Saben que al concluir con la iniciativa todos se beneficiarán al tener un lugar más seguro por donde movilizarse.

El Gobierno parroquial de San Antonio también apoyó a los comuneros para que puedan cumplir con el proyecto que había quedado rezagado durante varios años. El estado de la vía había sido una preocupación tanto en la época de verano como en invierno.

Durante la época seca, el camino se llenaba de polvo, mientras que con los aguaceros se cubría de lodo. Está previsto que en los próximos meses ese camino sea regenerado en su totalidad. Se contempla la posibilidad de adoquinarlo.