En el barrio El Empalme, al norte de Ambato, todavía recuerdan aquel 22 de abril cuando escucharon los gritos de la pequeña Mía, (nombre protegido), que murió horas después en el Hospital Docente Ambato.

Según contaron los vecinos, a sus tres años de edad, la pequeña era obligada a lavar platos y doblar ropa, y si lo hacía mal era supuestamente golpeada.

Esa noche, en pleno confinamiento por la emergencia sanitaria, solo escucharon llantos, pero jamás imaginaron que serían los últimos. Luego se enteraron de su deceso. Su madre y el padrastro mencionaron que la causa de su muerte, presuntamente, fue porque se atragantó comiendo sandía. Sin embargo, la necropsia reveló que el deceso se produjo por un trauma craneoencefálico por sacudidas repetidas, y que presentaba varios signos de maltrato anteriores (síndrome de niño maltratado).

Personal de la Unidad de Delitos Contra la Vida (Dinased) detuvo a los sospechosos. La progenitora tiene medidas cautelares por estar al cuidado de su hija, de un año aproximadamente, y el padrastro con orden de prisión.

La fiscal Lorena Cárdenas, contó en la audiencia preparatoria de juicio que, la noche del 22 de abril, la pareja trasladó a la niña al Hospital Docente de Ambato con varios hematomas y laceraciones en su labio. Mencionaron que los golpes supuestamente eran producto de una caída mientras se bañaba, y que se habría atorado comiendo una sandía.

La fiscal presentó diferentes pruebas, entre ellas el resultado de la autopsia, ante el Juzgado de lo Penal para justificar el autollamamiento a juicio de los convivientes. (YIE)