Con una actividad de antaño: hacer volar cometas en campo abierto, en las faldas del Cerro del Muerto, ubicado a un kilómetro de la población, en El Morro, en la costa de la provincia del Guayas, promueven las visitas turísticas.

El turismo, una de las principales fuentes de ingresos para las familias de El Morro, quedó deprimida por la pandemia. No pudieron hacer el Festival de la Lisa que atraía a cientos de visitantes y consecuentemente nadie compraba sus artesanías ni hacían paseos en lanchas hacia la isla de los pájaros.

Por ello, según explicó la presidenta del barrio Campo Alegre, Kayda Rivera, junto a otras mujeres, desde el mes pasado, se propusieron tomar medidas para reactivar el turismo en la zona.

Así, con papeles de colores y tiras de caña elaboraron cometas y con sus hijos salieron a hacerlas volar para que otros hagan lo mismo y lleguen visitantes.

Rivera destacó que, con la finalidad de fortalecer la identidad de El Morro, en las cometas colocaron distintivos del lugar. María Chalén hizo la suya con un chivo que identifica al barrio donde nació el Festival del seco de chivo, en el 2018; la de su hermana Ángela hacía alusión al cerro y la iglesia de la localidad.

Según la dirigente, hacer volar cometas les “está dando buenos resultados”, porque en los últimos fines de semana han llegado visitantes desde Guayaquil, Playas y Posorja, especialmente de padres de familia. Julio Crespo fue con sus dos hijos, Mario y José, de 8 y 10 años.

MURALES

Otro detalle que llama la atención a los visitantes es que en las paredes de unas viviendas de Campo Alegre resaltan unos murales.

Son seis pinturas en las cuales los moradores plasmaron la belleza, fauna y personajes destacados de El Morro.

“Todos debemos mirar al turismo comunitario, porque fomenta el desarrollo de la zona y une a la gente”, resaltó el residente Enrique Chalén.

Además de disfrutar del paisaje campestre, hacer volar cometas, mirar los murales, en esta localidad se puede ascender al Cerro del Muerto, ir a la Gruta de la Virgen de la Roca -donde se hacen las romerías- y conocer la antigua iglesia de San Jacinto, su historia, leyendas.

Y para saciar el hambre ofrecen el típico seco de chivo, la mantequilla y el queso morreño. (NM)