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“Muisne, como el ave fénix, se levantará”

Johanna Pisco, Muisne (Esmeraldas)

Muchos muisneños tienen la consigna de levantar su isla. Francisco Yépez, de 71 años, se dedica a la carpintería. Su hogar y taller se fueron abajo. Corrió con suerte, ya que él y su familia se encontraban en Esmeraldas cuando ocurrió el terremoto, han perdido todo el sustento, pero el hombre no se deja abatir.
Todas las mañanas, desde ese sábado fatídico, regresa a Muisne a “rodear” su taller y lo que queda del material con el que fabricaba los muebles que vendía dentro y fuera de su comunidad.
“Aquí hay algunos cientos de dólares guardados, que por el momento son inútiles, pero que en algún punto servirán para producir y volver a cuidar de mi familia. La ayuda llegará”, aseguró con un aliento de esperanza.
Para él, “Muisne, como el ave fénix, se levantará”. No hay tiempo para el dolor, que quizás lleva por dentro, mientras recorre los escombros.
Luis Briones, de 51 años, sentía cómo su casa se hundía a sus espaldas mientras corría para salvar su vida. Entretanto, mostraba el sitio donde era su sala, discutía con su esposa sobre cómo conseguir sustento. Ambos decidieron que seguirían con la venta de bolones, después de todo: “la gente sigue necesitando qué comer”.
Él, como algunos de sus vecinos, también procuran recolectar ciertas partes de material que les pueda ayudar a reconstruir sus inmuebles en el mismo sitio donde estaban. El esfuerzo parece ser en vano, pero la esperanza permanece y, sobre todo, la nostalgia del trabajo arduo que pusieron para tener un techo.
Fausto Erazo, ingeniero estructural y jefe de Fiscalización del proyecto Multipropósito Chone, explicó que esta idea no es descabellada. “Una vez que se hagan los estudios estructurales habrá materiales que aún sirven y se pueden reutilizar”, afirmó. Añadió que aquellos que decidan optar por esta posibilidad deben asegurarse de someter los elementos a análisis, pues existe una falla, denominada “fatiga de material”, que deja “sin vida útil” a ciertas estructuras.
Ante la opción de ‘remendar’ las paredes o columnas, como hacen algunos habitantes, recomendó atenerse a los resultados de los estudios. “Si una casa ha sido calificada para demolición es lo más recomendable, puede que los dueños vean una pared cuarteada, pero hay daños de fondo que se deben considerar”, manifestó.
Mientras los isleños mantienen la fe en que la ayuda está en camino, para una siguiente etapa de colaboración, Muisne espera que los suyos vuelvan a ella para juntos empezar a construirla nuevamente.