A Raphaël Graven, alias Jean Pormanove, no solo lo golpeaban en directo: lo sometían a llaves que lo dejaban sin aire, lo bañaban en tinta, lo empapaban con agua helada, le quebraban los lentes y lo lanzaban al suelo mientras sus gritos dejaban de sonar como parte del espectáculo para convertirse en un dolor real, cada vez más insoportable. Ese fue el show que transmitió durante días en la plataforma Kick, hasta que la violencia terminó en tragedia.

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El fallecimiento de Grave ha abierto un debate sobre los límites de las plataformas digitales y su responsabilidad en la difusión de contenidos violentos. La tragedia ocurrió en Contes, cerca de Niza (Francia), en el mismo local desde el que solía transmitir en vivo junto a otros creadores.

Pormanove, exmilitar de 46 años, había construido una comunidad de más de 582.000 seguidores en TikTok, aunque su mayor exposición llegó en la plataforma Kick, fundada en 2022 y hoy bajo fuerte cuestionamiento. Allí se popularizó con videos en los que aparecía como víctima de humillaciones y maltratos por parte de otros dos influencers. 

“Jean Pormanove ha sido humillado y maltratado durante meses en la plataforma Kick”, denunció en X la ministra delegada de Asuntos Digitales, Clara Chappaz, quien calificó las imágenes como un “horror absoluto”.

¿Cómo murió Jean Pormanove?

La noche de su muerte, el directo llevaba ya acumuladas 289 horas de emisión. Pormanove murió mientras dormía. En la grabación se escucha a uno de los participantes llamarlo: “¿JP?”, mientras le acerca una botella de agua. Al no obtener respuesta, decide apagar la cámara. Minutos antes, las imágenes muestran golpes, insultos y vejaciones contra él y otro hombre.

En esa transmisión también aparecen Owen Cenazandotti (26 años, alias Naruto), Safine Hamadi (23, alias Safine) y un tercero llamado Coudoux. Tanto Pormanove como este último son objeto de burlas y agresiones. Tras conocerse el desenlace, los implicados expresaron mensajes de pesar. “Mi hermano, mi acólito, mi compañero (…) Te quiero, hermano, te vamos a echar de menos”, escribió Naruto en sus redes.

La Fiscalía de Niza abrió de inmediato una investigación y ordenó una autopsia para esclarecer las causas del deceso. No es la primera vez que las autoridades indagan en el entorno de estos streamers. 

Según reveló el medio Mediapart, ambos agresores ya habían sido señalados en 2023 por prácticas violentas y racistas, toleradas por la propia plataforma. En enero de este año fueron interrogados por presuntos delitos de provocación al odio, violencia contra personas vulnerables y difusión de imágenes ilícitas.

Las reacciones no tardaron en multiplicarse. Usuarios de redes sociales, expertos y políticos exigieron responsabilidades tanto a los implicados como a Kick, que la noche previa a la muerte de Pormanove registró hasta 10.000 espectadores conectados. 

Chappaz fue tajante: “La responsabilidad de las plataformas sobre la difusión de contenidos ilícitos no es una opción. Es la ley. Este tipo de fallos pueden conducir a lo peor y no tienen cabida en Francia ni en Europa ni en ningún otro lugar”.

Estado denunció la muerte de Jean Pormanove

Además de la fiscalía, la autoridad reguladora del audiovisual y digital (Arcom) investiga el caso, mientras que en la plataforma pública Pharos se presentó una denuncia por la circulación de contenidos ilegales.

En medio del escándalo, el abogado de Naruto intenta distanciar a su cliente de la tragedia. Ha declarado que “no tiene ninguna responsabilidad en esta muerte” y que, por el contrario, presentará una denuncia por “la campaña de ciberacoso” de la que asegura ser víctima su representado.

El desenlace de Jean Pormanove expone no solo la crudeza de un espectáculo basado en la degradación humana, sino también el vacío de control en un ecosistema digital que, a pesar de las denuncias previas, permitió que el juego macabro siguiera hasta el límite fatal.

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