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¡Ni el rosario lo salvó de la muerte!

Redacción Quito
Le clavaron una cuchillada en el cuello y abandonaron el cadáver en la Panamericana sur de Quito, para después llevarse el vehículo de la víctima. Baltazar Asimbaya Caiza, de 79 años, fue localizado sin vida dentro de una cuneta, en Santa Rosa, localidad del cantón Mejía, al sur de Pichincha.
El cadáver fue llevado a la morgue de Machachi, capital cantonal. Hasta el mediodía de ayer, el anciano permanecía en el anfiteatro.
Baltazar llevaba puesto un escapulario para proteger su vida. Sin embargo, la puñalada llegó muy cerca del rosario que colgaba en su pecho.
El 20 de junio, vecinos del sector estaban alarmados por lo sucedido, ya que era la primera vez que encontraban a una persona asesinada. “Aproximadamente a las 13:15 pasé por el lugar y me quedé sorprendida. Vi al hombre tendido en el pavimento y botando sangre por la boca”, comentó Ivana Asqui, habitante de la zona.
En un primer momento, los residentes pensaron que un carro había arrollado al adulto mayor. Pero, al observar detenidamente, la calzada no tenía huellas de algún ‘frenazo’ que delatara un incidente vial.
Redacción Quito
Le clavaron una cuchillada en el cuello y abandonaron el cadáver en la Panamericana sur de Quito, para después llevarse el vehículo de la víctima. Baltazar Asimbaya Caiza, de 79 años, fue localizado sin vida dentro de una cuneta, en Santa Rosa, localidad del cantón Mejía, al sur de Pichincha.
El cadáver fue llevado a la morgue de Machachi, capital cantonal. Hasta el mediodía de ayer, el anciano permanecía en el anfiteatro.
Baltazar llevaba puesto un escapulario para proteger su vida. Sin embargo, la puñalada llegó muy cerca del rosario que colgaba en su pecho.
El 20 de junio, vecinos del sector estaban alarmados por lo sucedido, ya que era la primera vez que encontraban a una persona asesinada. “Aproximadamente a las 13:15 pasé por el lugar y me quedé sorprendida. Vi al hombre tendido en el pavimento y botando sangre por la boca”, comentó Ivana Asqui, habitante de la zona.
En un primer momento, los residentes pensaron que un carro había arrollado al adulto mayor. Pero, al observar detenidamente, la calzada no tenía huellas de algún ‘frenazo’ que delatara un incidente vial.