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¡Un caballo puede salvarlo!
Cuando nació padeció de sepsis, trastorno que hace proliferar bacterias, virus y hongos en la sangre.

Elvira Vargas, la madre de Jeremías, llora al recordar todas las necesidades de su hijo y su familia.
La sepsis lo condena... Jeremías cumplirá 6 años este 22 de febrero. Pero, pese a su corta edad, ha pasado ya por varias intervenciones quirúrgicas. La más fuerte, una operación en la que le colocaron una válvula que va de su cabeza al estómago.
Los médicos le dijeron a su madre, Elvira Vargas, que para mejorar su calidad de vida debe recibir terapias con caballo.
Jeremías carece de comunicación, no como lo haría un niño de su edad. Apenas balbucea y con dificultad se mueve.
Perdió su ojo derecho, no controla esfínteres y, tampoco, puede ir a la escuela. Todo porque cuando nació padeció de sepsis.
La sepsis neonatal se deriva de la invasión y proliferación de bacterias, virus y hongos en el torrente sanguíneo del recién nacido. Dejando como secuelas daño articular y de las placas de crecimiento, produciendo inestabilidades o anormalidades al caminar y dolor.
Según su mamá, Jeremías nació antes de tiempo. Rompió fuente y no pudo ser atendida enseguida. “Fui a varios hospitales y en ninguno me atendieron. Del dolor me desmayé”.
En vista de aquello, Elvira acudió a un policlínico. Desde ese momento empezó su drama. “El bebé fue infectado con una bacteria me dijeron en el Hospital del Niño, donde estuvo dos meses en coma. Ahí me lo salvaron. Pero me advirtieron que necesitará la equinoterapia”.
Un tratamiento que no tiene costo, pero que para esta familia es difícil de acceder por la falta de dinero para llevar al chico.
“A veces no hay ni para la comida. Debemos el arriendo. No tenemos nada de valor en esta casa. Me gustaría poder llevar al niño a la equinoterapia, pero como es lejos es complicado. No me sale ninguno de los bonos que da el Gobierno para casos de niños especiales como el mío”.
El niño apenas puede mantenerse en pie, camina poco y lo movilizan en brazos o en un coche. Usa pañales y requiere suplementos nutricionales para su alimentación.
Su padre, Guido Herrera, confecciona muebles de madera, pero con poca suerte para que el trabajo sea rentable; con lo poco que gana sostiene a su familia.
“Debíamos siete meses de arriendo del departamento. Con unos trabajos para la dueña del lugar descontamos tres meses. Aún quedan cuatro meses, el agua, la luz”, asegura.
Elvira no trabaja. No puede dejar a su bebé sin los cuidados necesarios como cambiar sus pañales o atender los requerimientos que tiene el pequeño y lo hace saber con la comunicación no verbal que ha desarrollado.
EL DATO:
Si está interesado en ayudar a este caballero puede contactar a su hija, Viviana Barzola, al número telefónico 0939296434.