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El negocio de los mini influenciadores
Tienen millones de seguidores, se toman fotos con celebridades y en algunos casos la moda es su sello personal. Estamos hablando de los influenciadores o influencers, como también se los conoce, esas personas que se convierten en una referencia de todo

Un ‘like’, comentario, seguidor o una visita, absolutamente todo se traduce en cifras de un negocio.
Tienen millones de seguidores, se toman fotos con celebridades y en algunos casos la moda es su sello personal. Estamos hablando de los influenciadores o ‘influencers’, como también se los conoce, esas personas que se convierten en una referencia de todo lo que te gustaría ser o hacer, pero hay un pequeño detalle: ahora son niños.
Nombres como Ryan ToysReview, Kristina Pimenova o coco pink princess seguro te han aparecido al menos una vez mientras navegabas por internet o revisabas tus redes sociales. Ellos —se podría decir— son la nueva generación de niños estrellas en la web, y sobra mencionar que su trabajo es ser ‘influencer’. Si la idea no te queda del todo clara, basta con señalar que son la versión actual de Lindsay Lohan y las gemelas Olsen en su niñez.
Un ‘like’, comentario, seguidor o una visita, absolutamente todo se traduce en cifras de un negocio, donde los protagonistas son los más pequeños. Así lo demostró la clasificación anual de la revista Forbes sobre los ‘youtubers’ mejor pagados del año. Ubicado en el sexto puesto se encuentra Ryan, un niño de seis años que —según menciona El País— factura cerca de 11 millones de dólares. En cada uno de sus videos Ryan prueba juguetes diferentes y muestra a los niños qué tan bueno son.
No es de extrañar que ahora ser ‘youtuber’ sea una de las profesiones —por así decirlo— a las que apuntan los niños. La XIII Encuesta Adecco ¿Qué quieres ser de mayor?, publicada en 2017, arrojó que los niños españoles lo consideran como un de trabajo y se posicionó en el quinto puesto con el 5.1 % aceptación entre los encuestados. Los niños que participaron tenían entre 4 y 16 años.
En el amplio mundo de los mini ‘influencer’ se pueden encontrar hasta bebés. Este es el caso de Mirko. Él todavía no cumple su primer año y pasa la mayor parte de su tiempo en un avión viajando a diversas partes del mundo.
Mirko y su padre se retratan en cada viaje —que por cierto es patrocinado— e intentan agradar a sus seguidores, que ya sobrepasan el millón.
En el otro lado del mundo también está la pequeña fashionista de 7 años, coco pink princess. La cuenta de Instagram de la niña japonesa fue abierta en 2015, y en su primera publicación colocó “Soy Coco, bienvenido a mi Instagram”. Ahora tiene más de 558 mil seguidores y fácilmente se la encuentra vistiendo piezas de Chanel. La madre de Coco dijo en una entrevista para ELLE, que su hija siempre ha tenido ese gusto por la moda.
¿Quiénes está detrás de éxito?
Un factor en común que tienen los casos señalados anteriormente, es que los menores no tienen edad para administrar sus cuentas o canales. Detrás de ellos existe una pequeña “ayuda” de sus padres.
Ya sea algo casero como tomar una foto, o algo más elaborado como armar una guión para un programa, los padres se vuelven parte del paquete.
Hasta aquí todo se ve color de rosa, grandes ganancias, estar frente a la cámara y actuar normal; pero hay algo más...
El negocio de la publicidad con niños
Los debates son constantes en internet. En las cuentas de estas mini celebridades sus padres son constantemente cuestionados por exponer a sus hijos temprana edad.
Tres expertos hablaron con Extra para señalar su opinión sobre este tema.
El magister en marketing digital, Adrian Burgos, explicó que el influenciador se utiliza como un medio más para la publicidad. Al tener impacto en sus seguidores cualquier marca resulta interesada.
En el caso de las niños influenciadores, Burgos señala que su éxito también radica en la identificación con sus seguidores. “Muchas madres, por ejemplo, siguen a un niño porque lo consideran un modelo, por como se viste o porque tiene una empatía con él”. Es decir que todo radica en la audiencia y en la estrategia.
La estrategia tiene que ir conectada con la marca. “Si una marca considera un influenciador niño es un canal ideal, y esto no afecta al niño, a la publicidad y a la audiencia, en concepto general está bien”, indicó. Sin embargo hace una aclaración que, en el caso de emplear niños, todo depende del objetivo al que se quiere llegar.
Para el experto, la cualidad más importante de un influenciador es ser auténtico, y en el caso de los menores, los padres son quienes los llevan a actuar de cierta manera.
Burgos al tomar su postura como padre indicó que le daría miedo publicar información de su hija y “volverla famosa” sin su consentimiento. “Mi hija estaría expuesta a un desconocido detrás de una computadora”. Él no lo haría ya que hasta cierto punto lo considera como explotación.
Marcel Pazos, también experto en marketing digital, aclara que un ‘influencer’ debe tener visibilidad, vigencia y empatía. Luego se señalar estas cualidades, su postura sobre los mini influenciadores sale a relucir. Pazos dijo que respeta esta forma de negocio pero que no está de acuerdo con emplear a niños como figuras de referencia. Luego de una analogía con los niños famosos de Hollywood, señaló que desde su punto de vista “los padres deben asumir la responsabilidad de compartir imágenes o información de un menor a la red”.
Indicó además que al momento de compartir información en redes no se sabe qué tipo de uso se le puede dar, aunque sea una campaña enfocada a un grupo determinado de personas la información en internet está al alcance de todos.
Pero aquí entra el otro lado de la moneda. La estrategia de emplear niños en campañas publicitarias sí resulta beneficiosa para las marcas.
¿Los niños terminan afectados?
El estrés, los comentarios maliciosos y la visibilidad tendrán repercusiones en los menores, aunque no se puede generalizar una reacción.
El psicólogo clínico, Isaac Villacreses, explicó que la edad es un factor que influye en las reacciones de los menores. En el caso de los niños muy pequeños, por ejemplo, bebés o niños de cinco años que no manejan sus cuentas, los padres terminan convirtiéndose en un filtro de lo negativo que se encuentra en internet. Comentarios, chats y mensajes no llegarán a él, a diferencia de un niño un poco más grande que se puede topar con esto.
“Hay mucha ira en el internet. Ellos pueden recibir quejas o insultos solo por no tener la misma opinión (...) sufren lo mismo que sufre un artista, están expuestos a la opinión pública y cualquier cosas que ellos hagan es exagerada”, puntualizó.
También mencionó que los niños pequeños todavía no están preparados para recibir estos ataques. “No sería recomendable desde la psicología hacer a todos ‘influencers’, más bien es una situación de riesgo”. Los ataques pueden llegar de cualquier lugar, si un niño habla sobre su superhéroe favorito, seguro el fanático de otro personaje no estará de acuerdo.
Más allá de esto, Villacreses señaló que, en algunas ocasiones, inclusive se pude influenciar en la ideología del niño, ya que al presentar cierto contenido —moda, política, religión, etc— el pequeño tiene que adoptarlo como suyo.
El psicólogo cataloga esto como trabajo infantil. Además expresó que en algunas ocasiones hay algo incompleto en el ego de los padres que busca ser llenado con sus hijos.