Actualidad
“No importan los azotes ni las huellas, Cristo sufrió más”

Jaime Marín, Cuenca (Azuay)
Una cruz de madera de 80 libras de peso servirá como penitencia para que Marco Pintado por noveno año consecutivo cumpla con la promesa hecha a su padre.
Con ese peso él hará su Vía Crucis viviente subiendo la colina a Turi, al sur de Cuenca, en la romería de mañana.
“Es el sacrificio que por fe y amor a Cristo heredé de mi padre, quien por 14 años escenificó a Jesús en los Vía Crucis que cada Viernes Santo realizamos los miembros del grupo de catequistas de la comunidad de Calera y Turi”, explicó Marco.