"¿Por qué tanta maldad? ¿Por qué? Cuantas madres hemos sufrido criando a nuestros hijos y hoy me lo quitan así”,  expresaba María Guamán, junto al cadáver de su hijo, Jorge Luis Sarango, de 21 años. 

El cuerpo de la víctima, nativo del austro ecuatoriano, yacía en piso junto a unas velas encendidas, colocadas por parientes y vecinos, al pie de la puerta de su casa, en Sunset, Brooklyn, New York, donde desconocidos le habían quitado la vida a balazos, la tarde del 3 de octubre, según informó el noticiero Univisión.

El migrante ecuatoriano, en el reciente verano, había sido herido de bala en el torso, en el mismo sitio, hecho del cual estaba recuperándose, citó el canal televiso.

La esposa del joven, que se halla también en los Estados Unidos, espera su segundo bebé”.

Las motivaciones de este hecho sangriento se desconocen hasta el momento.

Testigos y vecinos de la víctima están colaborando con la policía de New York para dar con los autores del asesinato y descubrir los motivos por los que Sarango fue abatido a tiros.

Guamán, la madre del chico, no dejaba de llorar y exigir justicia. “Caiga quien caiga, solo quiero que quienes mataron a mi hijo, sean castigados”, repetía en la imágenes de la nota informativa de Univisión.