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¿Tiene la nutrición de los choferes relación con los accidentes?
La mala alimentación les ocasiona sobre todo falta de concentración. Una escuela de conducción dice que sería buena idea dictar la cátedra de educación nutricional.

La ANT anunció una evaluación global a las 422 operadores de servicio de transporte público en Ecuador.
Los conductores profesionales están bajo la mira. Sucede que a más accidentes de tránsito, más controles se implementan. ¿Su alimentación también entra a revisión?
Noemí Díaz Meneses es nutricionista y dice que los conductores de transporte público deben preocuparse: son los que tienen más riesgo de terminar siendo diabéticos o hipertensos porque estar la mayoría del tiempo sentados no ayuda.
De paso asegura que la relación nutrición-accidentes es real. ¿Qué se afecta? Productividad, concentración, cambios hormonales y aumento de estrés.
Las escuelas de conducción juegan un papel importante aquí y son parte del ‘combo’ anunciado por Agencia Nacional de Tránsito (ANT) para evitar más muertes en las vías.
Edwin Tamayo Acosta, fundador de la escuela ConduEspol, acepta que la evaluación a los choferes es necesaria, pero cree que también se deben considerar otros aspectos como lo nutricional, lo psicológico, el conocimiento de la ley, también en seguridad vial y conducción a la defensiva.
Lo menos valorado en el gremio es justamente eso, el respeto por las comidas y las porciones adecuadas. Por lo tanto, lo más difícil de aprender.
En la práctica de Noemí, solo una vez se ha dirigido a conductores. Fueron los del consorcio Metro Bastión y su conclusión fue directa: “Ellos tienen en su cabeza que comen para llenarse, no para nutrirse”.
En definitiva: si se come muy poco está mal, si se come exageradamente, también. La meta es el punto medio.
“Con una cultura de alimentación sana, conductores sanos, bajará el índice de siniestraldiad”, dice Tamayo desde sus 6 años de experiencia con la escuela de conducción.
Su expectativa es que la educación nutricional se implemente en las mallas pedagógicas de los cursos que dan a los futuros conductores profesionales. Son 6 meses de preparación y cree que saber cómo alimentarse sería un conocimiento útil.
Otra propuesta
Adquirir verdaderos simuladores de conducción es el otro reto. Según Tamayo, el alto costo es lo que frena la compra de estos. Él ha cotizado algunos y están sobre los $200,000.
Sin embargo, cree que tenerlos será por fin darle al estudiante la opción de que aplique lo aprendido. “El simulador hace como si fuera una carreta en línea recta o Sierra con curva, le pone las trampas también”.
En todo caso, considera que la solución estaría en un acuerdo de cofinanciamiento del Estado. Los beneficiados finales serán los pasajeros: viajar con más tranquilidad y sin leer más noticias de accidentes.
Datos útiles
Aquí puedes consultar las escuelas acreditadas para brindar cursos a quienes quieran sacar su licencia tipo E y también los de tipo D. Ambas son profesionales.