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¡Joven se dedicó a comer y engordar por una pena!
Con apenas 24 años, Marcos Vinicio Márquez padece de obesidad mórbida e insuficiencia respiratoria. La muerte de su padre lo empujó al dolor y al abandono.

Siete personas debieron cargar a Marcos Vinicio para trasladarlo al hospital.
Por sus 320 kilos de peso (704 libras), para subir a Marcos Vinicio Márquez Vargas a una ambulancia y trasladarlo a un hospital se requirieron siete personas.
A Marcos, la muerte de su padre lo deprimió tanto que, en un año, engordó hasta no poder moverse. Pasaba los días acostado en el suelo de su casa sobre unas sábanas viejas. Al verlo así, una persona le regaló un colchón con el que se suavizó un poco su incomodidad. Sin embargo, la situación de salud siguió empeorando...
Marcos Vinicio, de 24 años, perdió a su padre Jorge el 21 de abril de 2018. Desde ese momento, el joven entró en un cuadro depresivo que lo hizo comer en exceso. “Pasaba como ido, desganado, sin querer hacer nada”, cuenta su mamá Elizabeth Vargas Albán.
Su rutina era comer y acostarse. “Prácticamente se tiró al abandono. No quería pararse de la cama. Solo cogía la comida y se acostaba a comer. Creo que la tristeza de su padre fallecido lo puso mal”, dice.
Entre lágrimas, la madre afirma que lo peor es tener esa sensación de que en cualquier momento su hijo moriría: “pensé que quería irse atrás de su padre. Creo que eso es lo que él quería porque no hacía nada más”.
Son muy pobres
Marcos Vinicio y su madre habitan en el recinto Estero Verde, ubicado a 4 kilómetros de la carretera Mariscal Sucre-Lorenzo de Garaicoa, localidad del cantón guayasense Simón Bolívar.
En un galpón de una finca habían acomodado las pocas cosas que a lo largo de su vida han podido acumular: una cocineta vieja, colchones gastados y sucios, dos camas... Es una familia humilde, cuyo sustento era el trabajo de obrero de don Jorge, el padre de Marcos.
Sin la presencia de la cabeza de hogar, la vida de esta familia se fue a pique. “Ellos vivían en otra finca más adentro, en un cuartito que el dueño les había prestado. Pero cuando murió el papá de Marcos, les pidieron que desocuparan”, cuenta Margarita Morán, amiga de doña Elizabeth.
Según la vecina, el joven quedó como el único sustento de su madre. “Él cría chanchos, pollos y con eso subsistían. También viven de la caridad de algunos vecinos”.
Necesita más ayuda
El 18 de marzo pasado la familia recibió la visita del personal distrital de salud para verificar su situación y al día siguiente lo trasladaron hasta el hospital León Becerra, de Milagro, donde permanece asilado.
El diagnóstico es obesidad, insuficiencia respiratoria e infección de partes blandas (genitales). El director médico Luis Saltos indicó que se le realizó una limpieza de la zona a nivel del periné, donde tiene una herida de 2 centímetros. Se realizaron exámenes para descartar la gangrena que requeriría una intervención urgente.