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La plaza Foch luce oscura y la mayoría de locales que funcionaban allí ya están cerrados.JUAN RUIZ

El ocaso de La Mariscal en Quito: así se apaga la vida nocturna en este barrio

La Plaza Foch, que fue la 'zona rosa' de Quito, hoy lucha contra la inseguridad, el abandono, libadores y locales cerrados.

Viernes, 20:00. La calle Juan León Mera luce desierta hacia el sur. Solo al avanzar hacia el norte aparecen siluetas dispersas en las aceras. Algunos caminan en grupo, otros se deslizan por las zonas oscuras. “Son brujos o brujas”, dice un taxista. Se refiere a quienes expenden drogas en las esquinas, algunos acompañados de menores de edad.

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Pese a los letreros de “Se arrienda” y “Se vende”, la Plaza Foch aún concentra lo poco que queda de la vida nocturna en esta parte de la ciudad. Bares cerrados, terrazas vacías y grafitis en puertas metálicas evidencian el declive.

El silencio que reemplazó al bullicio

Hasta hace pocos años, La Mariscal era sinónimo de fiesta. Música, luces y jóvenes llenaban el centro-norte de Quito. El paro nacional de 2019 y luego la pandemia marcaron el inicio del deterioro. Tras el confinamiento, muchos locales nunca volvieron a abrir y los que resistieron, ahora apenas sobreviven.

La farra que resiste en las sombras

En las calles Calama y Reina Victoria aún se escucha música. Grupos de jóvenes buscan dónde bailar. Aparece César, un ‘enganchador’ que guía a los clientes por distintos bares.

En las pocas discotecas que quedan hay varios ‘enganchadores’ para convencer a los clientes.JUAN RUIZ

En uno suena Bad Bunny; en otro, salsa colombiana. En una discoteca con tecnocumbia, la entrada cuesta apenas $3 e incluye un trago. Los precios bajaron. Pero las pistas y las mesas siguen medio vacías. “Algo ha pasado este fin de semana. Generalmente sí se llenan los bares”, comenta César. Sin embargo, los rótulos de “Se arrienda” cuentan otra historia.

Entre libadores e indigencia

Más al norte, en la calle Cordero y Diego de Almagro, el parque Gabriela Mistral ofrece otro ambiente. Gente pasea perros y juega básquet. Pero pasada la medianoche, aparecen los problemas. “Una vez un señor se quedó dormido al lado de su moto, en plena calle”, recuerda Jorge Simbaña, policía del sector.

Los libadores son presa fácil de los delincuentes. “Les quitan todo. Muchos andan con cuchillos”, dice el subteniente Stalin Vera. Cada jornada se decomisan al menos tres armas blancas. La Policía patrulla con 12 uniformados en el perímetro, aunque la zona ya no sea lo que fue.

Primer lugar en consumo de alcohol en la vía pública

La Mariscal lidera el ranking de infracciones por libadores en Quito. En lo que va de 2025, la Agencia Metropolitana de Control (AMC) ha retirado a más de 7.500 personas por consumo de alcohol en espacios públicos. El 40 % de esos casos se concentra en este barrio.

En las calles de La Mariscal se pueden ver varios letreros de discotecas en venta o arriendo.JUAN RUIZ

El supervisor de la AMC, Gustavo Chiriboga, informó que también se han decomisado 5.600 litros de alcohol, gran parte sin registro sanitario.

Sin respaldo para la reactivación

Juan Carlos, dueño de un bar, recuerda con nostalgia los años de gloria de La Mariscal. Desde 2016 empezó el declive. Ahora señala a la inseguridad y al microtráfico como parte del problema. “Hay indigentes que también roban”, dice, evitando mostrar su rostro.

Mónica Heller, presidenta de la Cámara de Comercio de Quito, reclama acciones concretas. Asegura que el Municipio no ha respondido ante la falta de permisos que impiden reactivar la zona. “Se ha satanizado la actividad lúdica, y eso ha permitido la degradación”, señaló en su cuenta de X.

Desde la Administración Zonal La Mariscal, ubicada en la misma Plaza Foch, indicaron que no hay voceros disponibles hasta la próxima semana, debido a un proceso de transición de autoridades.

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