De los 40 detenidos por ‘trabajar’ en un call center ‘trucho’ desde el cual supuestamente extorsionaban y amenazaban de muerte a miles de personas, 39 recibieron prisión preventiva y una mujer tendrá que presentarse periódicamente ante las autoridades hasta que culmine la investigación por el delito de delincuencia organizada.

Los sospechosos formarían parte de una red que ofrecía préstamos informales a personas que necesitaban dinero.

Al parecer, utilizaban una aplicación en la que los interesados ingresaban sus datos personales para luego supuestamente recibir cantidades desde 25 a 100 dólares. Luego, con la información personal y las fotos de los interesados, los delincuentes creaban videos de carácter sexual con la ayuda de programas de inteligencia artificial y los chantajeaban con dinero para no publicarlos.

¿Cómo operaba esta red?

Los sospechosos fueron capturados en un edificio en el norte de Quito, donde tenían instalada una oficina como si fuese un call center. Desde allí, según el informe policial, los implicados utilizaban computadoras para enviar mensajes predeterminados a sus víctimas que eran de Ecuador, Colombia y México.

En la base de datos que manejaban constan más de 58 mil personas, a quienes extorsionaban e intimidaban “con imágenes de personas cortando cabezas a otras y mutilando partes de su cuerpo”. El ‘organigrama delictivo’ estaba conformado de la siguiente manera: dos sujetos eran considerados directores de talento humano, quienes tomaban lista a los asistentes y les pagaban por su trabajo.

Debajo de ellos estaban los denominados líderes de segmento, quienes tenían a su cargo un grupo de personas que eran las que se dedicaban a extorsionar. Estos últimos recibían diferentes chips de varias operadoras telefónicas con números nacionales e internacionales y accedían a una plataforma en la que estaba la base de datos de las víctimas.

Los líderes de segmento supuestamente les indicaban a quién y a qué hora llamar.

¿Quiénes eran los 'mentalizadores' de esta red?

Según la investigación, una mujer que se encontraba en el edificio allanado les indicó a los agentes que conocía a los ciudadanos que supuestamente se beneficiaban de estas extorsiones y que serían de nacionalidad china.

Varias unidades se desplegaron en las inmediaciones de un edificio por la avenida República de El Salvador, en el corazón financiero de la capital, donde supuestamente vivían los ciudadanos chinos, aunque no los hallaron al allanar su departamento.

No obstante, ahí encontraron equipos electrónicos en los que estaban instaladas las aplicaciones que utilizaban sus ‘empleados’ para extorsionar y las órdenes que les daban. Horas después, los policías ubicaron a uno de ellos circulando en un vehículo y este los llevó donde su compinche, que estaba en un bar de la zona.

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