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Los Osados Runners, un grupo que 'corre' contra el hambre en Guayaquil

El último reto de treinta y cinco atletas aficionados consiste en recorrer las calles de la ciudad para llenar los estómagos de los más necesitados

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Los integrantes del grupo se turnan para repartir un bocado a personas necesitadas que deambulan por las calles. Jorge Alvarado

El bochornoso clima de nuestro Litoral parece no hacer mella en el estado físico y anímico de un grupo de jóvenes que recorren las bulliciosas calles del centro de Guayaquil.

Visten prendas frescas y livianas y al verlos sonreir y caminar ágilmente con fundas y paquetes por las aceras llenas de comercio, se diría que andan simplemente de 'shoping'.

Pero no. En sus sonrisas va dibujada la alegría de vivir y en aquellas bolsas llevan chocolate caliente, sánduches y arroz con seco de pollo que ellos mismos prepararon.  Son los "Osados Runners", un grupo de atletas aficionados del sur de la ciudad, quienes, desde que empieza el día, entrenan y luego se dividen las tareas para ayudar a las personas sin techo a llenar sus estómagos, entre ellos, a migrantes venezolanos que deambulan por las calles sin esperanzas. 

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Y es el corazón turístico y comercial de Guayaquil la zona que más visitan (en grupos) estos 35 hombres y mujeres caritativos, pues allí hoy casi no hay esquina o soportal donde no haya alguna madre soltera, persona con discapacidad y/o adultos mayores pidiendo limosna o algún mendrugo para sobrevivir.

UN RETO RECIENTE

"Este es un reto que nos hemos impuesto en estos días de pandemia. Después de hacer ejercicios y entrenarnos, algunos compañeros salen a ofrecer el desayuno a los que más lo necesitan, y otros cocinamos para luego salir a darles el almuerzo", comenta a este diario Mary del Rosario, una integrante del grupo.

Al hacer este tipo de cosas nos damos cuenta de que no deberíamos quejarnos de todo porque al menos tenemos un techo y un plato de comida y hay mucha gente que no tiene nada".Ámbar Gordillo, atleta

No es que estos jóvenes y adultos tengan de sobra para regalar comida. Muchos de ellos son estudiantes, otros modestos trabajadores y algunos revelan que ni estudian ni trabajan, pues perdieron sus empleos por la crisis sanitaria y, con ello,  la oportunidad de seguir pagando sus estudios.

Es el caso de Ámbar Gordillo, de 20 años, que en 2020 fue despedida de su trabajo y hoy ya no puede seguir costeando la carrera de Contabilidad y Auditoría que ella seguía en la universidad.

Eso no le ha impedido seguir con su rutina de ejercicios y labor social junto a sus compañeros. ¿Sin trabajo ni oportunidad de estudiar, cómo haces para levantarte todos los días a ayudar a los demás? le pregunta EXTRA. "Es mejor que no hacer nada responde".

Luego explica que al igual que sus amigos, piensa que su posición en la vida es mucho mejor que la de aquellos a los que reparten alimentos.

HACER ALGO POR LOS DEMÁS

"A veces nos quejamos de todo y al hacer este tipo de cosas nos damos cuenta de que no deberíamos lamentarnos porque al menos tenemos un techo y un plato de comida y hay mucha gente que no tiene nada, hay niños en la calle que no tienen qué comer ni pueden jugar -señala la joven- y entonces empiezas a valorar un poco más la vida y lo que tienes".

Allí está también Juan Jordán un hombre de 35 años, quien es docente de Lenguas y Literatura. Él se integró a este grupo recientemente porque considera que "hace muy nobles tareas".

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El grupo completo antes de una competencia en los días previos a la pandemiacortesía

"Yo mismo los busqué -aclara- porque me gusta el deporte y me dieron la oportunidad de integrarme y hoy me siento muy agradecido".

NACIMIENTO DEL GRUPO

¿Cómo nació este grupo de amigos y a la vez atletas que hoy no solo participan en carreras, duatlones y triatlones, sino también en un reto contra el hambre de quienes menos tienen?

Pedro Anchundia, su líder, recuerda que Osados Runners (corredores osados) nació en 2015 sin imaginárselo. Él tenía problemas de obesidad, colesterol, triglicéridos y por tanto su médico le recomendó hacer ejercicios físicos. Una vez que empezó las rutinas en el parque de la ciudadela Las Acacias, en el sur de la ciudad, otros amigos y vecinos se le iban uniendo con el pasar de los días. Así fue que decidió formar un grupo de atletas y luego participar en las carreras que habían en se hacían en la ciudad.

"Recuerdo que había una carrera en el malecón 2000 y vi que todos los grupos que participaban tenían nombres y decidí ponerle nombre al mío. En esos día veía una película que se llaman Divergentes, en la cual unos chicos policías hacían deportes extremos, eran osados porque iban más allá de sus tareas y sus capacidades siempre, de ahí saqué el nombre Osados Runners", señala Anchundia.

"No solo corremos, hacemos bicicletas, natación. Formamos este grupo porque queremos contribuir con la sociedad, ayudar a los jóvenes  a que no se metan en vicio de la droga, la delincuencia..."Pedro Anchundia, líder de Osados Runners
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Mary del Rosario, Ámbar Gordillo y otras integrantes dando una mano a un adulto mayor con discapacidad.  Jorge alvarado

Hoy la camiseta con el nombre y logotipo del equipo no la lucen en las pistas atléticas y torneos, por causa de la pandemia, pero se la enfundan algunos de ellos para ir a hacer la labor social y humanitaria de dar de comer al menesteroso.

¿Hasta cuándo harán esta labor ajena a sus actividades deportivas? No lo saben. Una vez que se les metió el bichito de la solidaridad, no tienen deseos de parar, igual que cuando corren en una pista. En esta tarea de saciar el hambre de los desamparados no buscan trofeos, su única meta es la satisfacción de hacer el bien a los demás.

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