La crisis sanitaria que vive el país no disminuye la fe de los quiteños. Pese a la pandemia, muchas parroquias de la capital han reinventado la forma de continuar con las novenas e involucrar a los creyentes en las actividades religiosas.

En la parroquia Santiago Apóstol, de Chillogallo, en el sur de la ciudad, aunque se ha limitado el aforo para los rezos presenciales, muchos de los creyentes siguen las novenas por las plataformas digitales.

Las redes sociales se han convertido en la herramienta para transmitir los actos en vivo y que la gente continúe con las tradiciones, sin poner en riesgo su vida. El objetivo del templo al compartir las prácticas por Internet es evitar las aglomeraciones.

Ilusión en los niños

Las pocas personas que acuden a las novenas en vivo siguen las normas de bioseguridad, como el uso de las mascarillas, además de mantener una distancia prudente. Los niños son los que más se emocionan con las ceremonias. Incluso alguno se disfrazan para revivir los pasajes de la Biblia.

Hoy las ofrendas en esa parroquia son similares y buscan que a ninguna familia le falte el pan de cada día y que la pandemia termine y transforme a los feligreses en mejores seres humanos.