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¡’Paniqueados’ por granada ‘trucha’!
Veinte policías acudieron al sitio, en el suburbio de Guayaquil, y evacuaron a los moradores. Dos equipos antiexplosivos hicieron estallar el objeto, que resultó ser un juguete de plástico.
Por alrededor de dos horas, hubo tensión entre los vecinos.
Debajo del techo de una carreta abandonada fue colocada una granada plástica, de juguete, que alarmó a todo un barrio, en las calles 47 y la B, junto al estero Salado, en el suroeste de Guayaquil.
El supuesto artefacto, tipo limón, fue encontrado por un hombre que acababa de salir a limpiar el portal de su casa, cerca de las 08:00 de este sábado 15 de junio. “El vecino estaba barriendo y se dio cuenta de la granada, que estaba en una carreta que ya ni siquiera usa. De ahí, gritó, todos salimos y se llamó a la Policía”, comentó una moradora.
Veinte agentes de diferentes unidades llegaron al lugar, evacuaron a las personas y acordonaron aproximadamente dos cuadras para proteger la zona, detalló el jefe del distrito policial Portete, coronel Neyb Jiménez.
“Hemos realizado todo el procedimiento de manera minuciosa, con personal especializado del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), porque siempre hay que tratar cada emergencia como si fuera real. Se ha detonado el objeto, pero tras las pericias se confirmó que era de plástico, no era un artefacto explosivo”, confirmó el oficial.
Sin embargo, quienes habitan en la zona no sabían lo que los uniformados habían descubierto y sacaban sus conclusiones. Tuvieron cerca de dos horas para especular.
Una mujer, quien observaba desde una esquina de la calle A, mencionó que no creía que se tratara de “alguna amenaza para los dueños de la carreta. Ellos son tranquilos, se dedican a la venta de caramelos”. Y al preguntarle qué sospechas tenía, dijo que “seguramente es una advertencia contra el barrio, no por nosotros, sino porque por aquí pasa mucha gente que no se dedica a cosas muy buenas (...). Venden droga”.
Finalmente, cuando la barriada escuchó las declaraciones del coronel Jiménez, las expresiones de susto que había en los rostros de la gente cambiaron. Incluso, algunos rieron como señal de alivio.