Violencia intrafamiliar, problemas económicos, conflictos personales (estados de ánimos cambiantes), modificación de hábitos o proyecciones futuras desiguales, infidelidad, estos u otros motivos pueden hacer que tu pareja decida ‘sacársela’ de la relación y esfumarse.

La presencia de un tercero (los ‘cachos’) suele ser la causa más común para abandonar el hogar, señala la psicóloga clínica y terapeuta de parejas Vanessa Morán.

Según su colega, David Jarrín, esta deserción es más complicada de superarla cuando la decisión de dejar la ‘caleta’ ha sido tomada unilateralmente por uno de los dos, y al otro solo le queda la opción de aceptarlo, aunque quisiera continuar.

“Es complejo cuando existen hijos, puesto que ya no solo están involucrados los sentimientos de la pareja, sino también los de la descendencia”, manifiesta Jarrín.

Los niveles de afectación varían, dependiendo de la personalidad de quien fue abandonado, de la idealización de su pareja y sus proyectos a futuro que hayan generado, indica Morán.

Para Jarrín la personalidad no determina o garantiza que un individuo afronte mejor que otro una separación, puesto que esto también dependerá de las circunstancias, el momento, el contexto social, emocional en el cual se desarrolle la ruptura.

Efectos que pueden quedarse

Quienes pasan por un abandono de esta naturaleza tienen dificultades en la interacción social, irritabilidad, desgano, pérdida del apetito, dificultades para dormir, desvalorización, inseguridad, aislamiento, ansiedad, tensión, indica Morán.

“Se pueden generar ciertas desconfianzas, que incluso pueden afectar el deseo de crear una nueva relación, fijando su atención en los hijos (en el caso de tenerlos), en los trabajos, o actividades cotidianas”, precisa la experta en salud mental. 

Dependencia emocional

Es difícil superar una situación de esta índole. “La persona siente una necesidad desmedida de la presencia del otro en su vida, al punto de sentir miedo de que su pareja se aleje o que su vida carezca de sentido por la separación, minimizando su autosuficiencia y capacidad de llevar a cabo su proyecto de vida”, señala Jarrín.

Cuando pasa en la etapa de enamorados puede afectar fuertemente, de acuerdo al nivel de compromiso, expectativa y enamoramiento. De esposos se tiene mayor impacto, debido al ideal de que la relación dure para toda la vida y el proyecto de autorrealización conjunta y más si existen hijos, finaliza el psicólogo. 

EXTRATIPS

1. Acepta la realidad. Aunque la decisión de terminar haya sido tomada por una sola persona, no se puede forzar a continuar la relación. Cuanto antes se acepte el hecho, más pronto podrá afrontar la ruptura.

2. Mantén la ilusión. Ten esperanza en el futuro. Cuando una relación finaliza se tiende a pensar que nunca lo volverán a amar. Hay muchas posibilidades de volver a ser amado. Nunca vivirás lo mismo que tenías con tu anterior relación, pero puedes tener otros sentimientos importantes con otra persona.

3. Apréciate, valórate. Mírate al espejo, observa... estás vivo, sano. O escribe una lista de aspectos que te gusten de ti mismo. Estos ejercicios te ayudan, porque cuando alguien es abandonado, este cae con sentimientos de culpa.

4. Observa a tus hijos. Es importante que esta observación sea constante, porque se pueden presentar cambios conductuales, que pueden variar según la edad, como mojar la cama, temor de dormir solo, agresividad hacia sus compañeros de clase, etc.

5. Diferencia el rol de pareja y el coparental. A veces se pone a los niños de por medio para intentar convencer al otro de ceder o se busca indisponerlos en contra del otro, agravando el problema y causando daño a los menores. No desaparezcas del mapa, te separas de tu pareja, no de tus hijos.