La familia Muñoz y la Burgos son dos de las cuatro familias que fueron evacuadas por el deslizamiento registrado en el tramo seis del parque lineal, al filo del Estero Salado. Estas personas asentadas en la cooperativa Brisas del Salado de la isla Trinitaria, en el sur de Guayaquil, deben escoger otro sitio para vivir.

“No se, aún no sé”, fue la esquiva respuesta de la propietaria de una de las viviendas, al enterarse de que no se le permitirá volver a su casa. El inmueble es de cemento y quedó al filo del derrumbe.

“Pensábamos que podría habilitarse, pero como las bases están demasiado cedidas, tiene que retirarse”, precisó Jorge Alvarado, gerente del proyecto del parque lineal de 3.2 kilómetros. El espacio recreativo se construye al margen del estero.

Mostrando el cuarteamiento que presenta la casa en una de las paredes de su parte posterior, el funcionario indicó que la vivienda está comprometida porque “socavó la cimentación”. La casa de caña que estaba levantada junto a esa estructura que quedó inclinada por el primer desmoronamiento, registrado la tarde del martes 20 de septiembre del 2016, no podrá ser levantada. Su propietario la desbarató, pero la familia deberá buscar otro sitio donde armarla.

“Personal de nuestro equipo social está conversando con los señores para hacer el cambio más amigable”, refirió Alvarado. Dos predios que están en la parte posterior de la manzana 790 de la mencionada cooperativa tampoco volverán a habilitarse.

En la mañana, con dos palas mecánicas y dos volquetas, trabajadores de la empresa contratista colocaban piedra base para armar un pie de talud y evitar que siga cediendo la tierra. El domingo 25 de septiembre del 2016, técnicos del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) y de la Secretaría de Gestión de Riesgos atendieron una nueva alerta en la cooperativa Brisas del Salado, por un segundo deslizamiento registrado en la tarde del sábado.