En la sala de una vivienda de tres plantas, ubicada en la cooperativa Pie de Lucha, perteneciente a la parroquia Pascuales, de Guayaquil, hasta las 16:00 de ayer fueron velados los cuerpos de Nory T., de 37 años, su hija de 14 años y su sobrina, de 18, quien tenía cuatro meses de embarazo.

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Los familiares de las víctimas son conscientes de que la tragedia pudo haber sido aún peor, de no ser porque varias personas que estaban dentro del inmueble lograron esconderse cuando los sujetos armados ingresaron a la fuerza y comenzaron a disparar indiscriminadamente.

“En esta casa casi ocurre una masacre (mayor). Cuando llegaron los criminales, mi hermana Nory estaba cocinando, su hija se estaba maquillando y la de 18 estaba sentada en el portal. También estaban mi hermano con su esposa, mi hija, tres sobrinos más, incluso un niño de dos años. Todos corrieron a esconderse en el baño, debajo de la cama... De lo contrario, hoy estaríamos velando a unas diez personas”, relató entre lágrimas una hermana de Nory y tía de las fallecidas.

Los familiares dijeron desconocer las razones de este ataque perpetrado por cuatro hombres que llegaron en dos motos, derribaron la puerta del portal e ingresaron a la casa para disparar contra sus seres queridos, sin importar que se trataba de mujeres.

“Mi hermana y mis sobrinas no tenían problemas con nadie. Mi hermana era ama de casa, mi sobrina de 18 años recién se había graduado del colegio y la de 14 aún estudiaba. Ambas querían ser abogadas. Nory fue asesinada junto a su hija menor”, añadió la misma allegada.

En la escena de este hecho de sangre, agentes de Criminalística levantaron 12 vainas percutidas, una bala deformada y un fragmento de proyectil.

De acuerdo con una fuente policial, los responsables del ataque serían integrantes de la organización criminal Los Tiguerones, que mantiene el control de esa zona del noroeste de Guayaquil, correspondiente al distrito Pascuales. En lo que va del año, dicho distrito registra 176 muertes violentas, 76 más que en el mismo periodo de 2024.

Por su parte, la madre de Nory y abuela de las jóvenes asesinadas, comentó que dos hijas suyas (hermanas de Nory) se encuentran detenidas desde hace cuatro años, cumpliendo una sentencia de una década de prisión por un delito relacionado con el tráfico de drogas.

“Nory tiene una hermana melliza detenida y también la mayor. Son cinco hermanos en total. A mis otras hijas las detuvieron (también)... No creemos que estos hechos estén relacionados con ese caso, porque las fallecidas no tenían problemas con nadie. Sus hermanas ya están pagando su condena”, afirmó.

Según los registros de la Función Judicial, las hermanas fueron detenidas en enero de 2021. (AEB)

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