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Moradores de cooperativa en Pascuales denuncian malos olores
No tienen alcantarillado y la aguas sucias deben enviarlas a la matriz por una tubería que fue colocada por quienes habitan este populoso sector de Pascuales.

El agua podrida corre por todos lados en la cooperativa 21 de Noviembre.
Los moradores de la cooperativa 21 de Noviembre en la parroquia Pascuales ya no soportan el mal olor que producen las aguas servidas que salen de la tubería que ellos instalaron de manera rústica.
No tienen alcantarillado y la aguas sucias deben enviarlas a la matriz por una tubería que fue colocada por quienes habitan este populoso sector de Pascuales. Aquí aún se manejan con pozos sépticos y algunos ya rebosan.
“Necesitamos ayuda, queremos vivir con dignidad, en invierno es peor, no se puede caminar por el lodo que se forma” dice Eloísa Suárez, quien camina con mucho cuidado por las estrechas calles embarradas de agua podrida.
“Mi esposo Manuel Santana es discapacitado y debe salir a las 06:00 al mercado en su silla de ruedas a pedir caridad para poder comer. Y algunas veces se ha resbalado en esas aguas sucias” añade la anciana que habita en la manzana 117 de la Cooperativa 21 de Noviembre, diagonal a la escuela fiscal Eduardo Kingman Riofrío.
No regresaron
Varios moradores dijeron a EXTRA que el 2018 llegaron por el sector algunos funcionarios municipales, para constatar el problema. Prometieron volver, pero al parecer, todo quedó en promesas.
“Nos dijeron que iban a poner alcantarillado, pero no han regresado, seguimos en las mismas” sostiene Fanny Silva.
En tanto que Segundo Arias se queja por la lesión que sufrió en su mano izquierda.
Al intentar reparar el sumidero de agua que ellos construyeron, se cortó un dedo con una hojalata oxidada.
“A veces se tapan las tuberías que instalamos y tenemos que destaparlas a nuestra manera. Pero ya es hora que nos atiendan, porque el barrio está pestilente, a veces no se puede comer tranquilo por el olor que sale de las tuberías” añade el hombre, quien asegura no perder las esperanzas de que algún día, su sector cambiará de imagen.
La más afectada
La más afectada es la manzana 177. Sus estrechas calles se llenan de agua cuando llueve. Y la mezcla con el lodo, vuelven el sector, insoportable. “La mayoría ya tiene legalizado su terreno, otros deben acercarse al Municipio para agilitar el trámite, pero eso no quita que nos pongan el alcantarillado y nos pavimenten las calles” refiere Juana Bayona.
Peligro eléctrico
Un poste de alumbrado público también se ha convertido en un peligro para el barrio. La lámpara se quemó y está a punto de caer. El poste se torció y el cableado está a pocos centímetros de los techos. Por eso los moradores piden ayuda a la Corporación Eléctrica Nacional (CNEL) para que arregle el daño.
“Nosotros no podemos meter mano allí porque no sabemos de electricidad y podemos quedarnos electrocutados, pero los cables ya mismo tocan el techo de las casas y se puede producir una desgracia” relata Alejandro Suárez, quien además recalca que existen casas que deben poner arena en sus puertas para que el agua noingrese a sus casa.