Durante años, Montserrat Hernández (@.Monserrat_) llenó su cuenta de TikTok de reseñas alegres sobre productos curiosos, huecas sabrosas y viajes entrañables. Pero este 12 de julio de 2025, su tono cambió. Ese día no habló de promociones ni de sabores escondidos, sino de algo más 'agrio': el cierre del restaurante de su madre, La Barceloneta, una picantería que llevaba más de dos décadas alimentando corazones… y estómagos.

(Lea también: Alerta de bomba en Rukito de Urdesa, este 9 de julio: Esto dijo la Policía)

“Mañana domingo es el último día que va a abrir el local de mi mamá”, así comienza el video de 2 minutos con 34 segundos que ya suma miles de reacciones, reproducciones y, sobre todo, comentarios de apoyo.

Lo que se ve en pantalla no es solo una despedida, sino un desahogo. Montserrat, con la voz entrecortada, cuenta que el negocio de su madre, Mercedes Leigh —Mechita, como la conocen sus clientes—, ya venía arrastrando dificultades desde hace bastante tiempo. “Hace ya varios años que no tiene frutos”, confesó.

El miedo de un local más 'vacunado' en Guayaquil

Pero lo más fuerte de todo fue cuando admitió algo que pocos imaginarían: nunca promocionó el restaurante de su propia madre por miedo. Miedo a que se hiciera viral. Miedo a que, como le ha pasado a tantos otros negocios en Ecuador, se volviera blanco de extorsionadores. Miedo a las temidas 'vacunas', ese sistema criminal que cobra “protección” a punta de amenazas. Un miedo más grande que el orgullo.

El temor no es exagerado. En lo que va de julio, casos como el de la cadena de restaurantes Rukito, de Julio Chang, estremecieron al país: intentos de secuestro, amenazas de bomba, locales cerrados temporalmente. La sombra del crimen organizado, una vez más, está arrinconando a los emprendedores.

El video de Montserrat no solo visibilizó una historia íntima, también movilizó a cientos. La Barceloneta, que funcionaba con bajo perfil, se convirtió en tendencia en cuestión de horas. Clientes antiguos y nuevos acudieron ese domingo 13 de julio a despedirse del local físico. Lo hicieron entre risas, nostalgia, abrazos y, por supuesto, platos con sabor a hogar.

¿Picantería la Barceloneta seguirá atendiendo?

Ese mismo día, en las redes de la picantería —donde hasta entonces no había una sola foto publicada— apareció el siguiente mensaje: “Después de 23 años de servicio ininterrumpido, ha llegado el momento de cerrar las puertas de nuestra querida picantería. (…) Sin embargo, ¡esto no es un adiós total! Seguiremos atendiendo con mucho cariño a través de servicio a domicilio los fines de semana (…) Gracias, de corazón, por haber sido parte de esta aventura culinaria. (…) Con mucho cariño, Mechita".

Con esa carta, la historia no terminó, solo cambió de formato. Mechita seguirá cocinando. Esta vez, desde la cocina de su hogar, sin mesas ni mantelitos a cuadros, pero con el mismo sazón que la hizo resistir 23 años.

En una última publicación, aparece ella con sus hijas, sonrientes, abrazadas, con la frente en alto. El mensaje es breve, pero poderoso: “Simplemente GRACIAS”.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!