La muerte del poeta y escritor manabita Pedro Gil Flores, llegó de forma silenciosa. Lo que sí hizo ruido y marcó para siempre su vida, fueron las obras literarias que quedarán impregnadas en la retina de sus lectores.

El cuerpo sin vida del mantense, autor de libros como "17 puñaladas no son nada" , había permanecido cinco días en el Centro Forense de Manta, en la provincia de Manabí. La noche del miércoles último, fue retirado de allí.

Era el mismo cuerpo que fue levantado luego de un accidente de tránsito ocurrido  el pasado viernes 21 de enero. Un camión cargado de verdes, presuntamente arrolló al poeta. Los testigos comentaron entonces que la víctima era un hombre de aproximadamente 60 años. No se supo hasta el miércoles 26 que se trata de Pedro Gil.

Cuando sus familiares reconocieron el cuerpo, la noticia se regó por Manta y todo Manabí, como pólvora, 'quemando' el alma de sus amigos y colegas de letras.

Víctor Arias, un literato amigo de Gil, se mostró conmovido por la triste noticia. " El fallecimiento de Pedro Gil paraliza el corazón y es un nuevo golpe a la manteñidad y a la cultura nacional. No puedo admitirlo", lamentó.

Freddy Solórzano, periodista y escritor, también escribió unas letras tras la conmovedora y sorpresiva noticia del deceso.

"Ha muerto Pedro Gil . Él quería que en su epitafio se escriba " Da pena morir". Adiós poeta y amigo. Su poesía habla por el", posteó.

Algunas de sus obras

Pedro Gil escribió varios libros entre ellos: "Los poetas duros no lloran", "El ángel recaído", "No es fácil ser Gil", entre otras, que quedan en los anales de la literatura ecuatoriana.