¡Pegaso, el burro más veloz de Salcedo!

En Salcedo resaltan las cualidades del asno y lo hacen con una carrera que se retomó hace tres años, después de casi una década que se olvidó, según Fernando Villacís, uno de los organizadores del evento.

En la última carrera realizada el sábado pasado, David Guano junto a su burro Pegaso se convirtieron por segunda ocasión en ganadores del evento. Toda la familia acudió para apoyarlo. Ellos llegaron desde la comunidad de Cumbijín, en el páramo de Salcedo, provincia de Cotopaxi.

Parecía una pasarela y los modelos eran los asnos o los burros pollinos como más comúnmente se los conoce. Iban arreados de sus propietarios, quienes debían utilizar disfraces similares a los de sus acémilas.

Esta singular competencia se la vivió desde las 10:00 en el barrio San Antonio, de Salcedo. La gente acudió y aplaudió a cada uno de los 25 ejemplares que hicieron su entrada por la calle Julio Hidalgo.

Los participantes bajaron del campo a sus mejores ejemplares e incluso acudieron desde Machachi para ser parte de la tradición que se rescata desde hace tres años, en este cantón.

Vestimentas originales

Las vestimentas fueron originales y coloridas. Jorge Ramos se disfrazó con una careta de asno y se parecía a Shipito, su burro que tiene cuatro años. Él llegó desde Machachi junto a cuatro integrantes de su familia y dos pollinos. Participó con su hijo Sebastián, de 11 años, quien montó a Matapalos, una burrita que la compró en la Costa.

Evelyn Caiza, de 11 años, se vistió junto a Pepe como heladera. Era la primera ocasión que participaba y le gustó hacerlo, aunque no ganó.

El vestuario era calificado por un jurado que al final del programa designó a Rayo McQueen como el mejor vestido de la competencia.

LA CARRERA, UNA EMOCIÓN APARTE

El desfile solo fue el inicio de lo más emocionante que era la carrera. Colocaron varias vallas y cerraron las calles por donde pasaron los competidores.

Margoth Espín llegó desde Ambato para no perderse la carrera. “Es emocionante y tierno ver a los burritos”, exclamó mientras aplaudía a los primeros cinco participantes.

Fueron cinco salidas con igual número de animalitos. La multitud ayudaba a contar a los organizadores para dar la partida, “uno, dos y tres” y salieron los primeros participantes.

De ese grupo clasificó Dennys Santos, con su asno Sabanero, que tenía el puesto fijo a la final.

En el segundo grupo, el burro que montaba Sebastián Ramos, de 11 años, se espantó cerca de la meta y se cayó. Pero el niño no se intimidó y de inmediato volvió a subirse para evitar que lo alcancen y se ubicó en el grupo de semifinalistas.

A medida que avanzaban los concursantes la adrenalina aumentaba hasta el límite de contagiar al alcalde de Salcedo, Héctor Gutiérrez, quien junto a los organizadores también corrió sobre el lomo de uno de los asnos.

Emocionante final

Cerca de dos horas tardó el programa. Grupos folclóricos animaron los momentos de descanso. Ocho competidores clasificaron a la final. La final fue más emocionante y los aplausos se escuchaban con más fuerza. El recorrido se realizó por las calles Julio Hidalgo, Ana Paredes, avenida Olmedo, calle Rocafuerte hasta llegar a la 24 de Mayo y retornó por Padre Salcedo y culminó en la Julio Hidalgo. La revisión a cada animal y a su dueño fue minuciosa. Los organizadores observaron que no lleven espuelas, clavos ni nada que lastimara al asno.

Pegaso fue el ganador; Violetín que era montado por Dennys Naula, también de Cumbijín, quedó en segundo lugar. Es la tercera ocasión que participa, antes obtuvo los primeros puestos en otras competencias.

Sabanero, dirigido por Dennys Santo, de la comunidad de Ibiza, llegó tercero. Rayo McQueen y su dueño Manuel Jami se llevaron el premio del traje más original y vistoso de esta competencia.

(YIE)

Desde la época de los incas

El asno o burro era fundamental para el transporte así como para las labores de arado del campo, desde la época de los incas.

Este animal también toma importancia en la era cristiana, según cuenta la Biblia, Jesús habría tenido su entrada triunfal en un asno, explicó el historiador Víctor Hugo Navas.

En las comunidades indígenas de Cotopaxi y Tungurahua, pese a la modernidad, este cuadrúpedo aún es utilizado como transporte, en especial para los niños.

El experto dijo que los abuelos siempre recorrían largas jornadas en sus pollinos para llevar las cosechas hasta la ciudad. Aseguró que el animal es parte de la costumbre y vivencia de los pueblos ancestralmente y que hasta la fecha se mantiene.