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Y en Ecuador hay perros héroes
El Centro Regional de Adiestramiento Canino de la Policía tiene cinco ramas en las cuales existen alrededor de 300 canes, a escala nacional. Su director detalló las cualidades de cada uno de sus representantes.

Para integrar el CRAC, los canes son seleccionados a través de un test, con el fin de determinar su uso para las labores de los uniformados.
Ron se sofocaba con el calor intenso. Raspaba con sus patas los escombros que dejó el terremoto del pasado 16 de abril, en las viviendas destrozadas de Pedernales, en Manabí. Él y otros compañeros caninos se lastimaban las patas en filosos vidrios o astillas de todo tipo. Su labor era buscar personas, ya sean vivas o muertas. La alegría surgía con cada habitante con vida, pero la tristeza se desataba cuando Ron, un pastor manilois, señalaba el sitio donde se encontraba un fallecido.
El can fue traído de Holanda para que formara parte del equipo de búsqueda de restos humanos, del Centro Regional de Adiestramiento Canino de la Policía (CRAC). Su destreza fue primordial para que los rescatistas de la institución colaboraran en la tragedia.
El CRAC se fundó hace 28 años, recordó el mayor Iván Ayala, director del grupo. Durante ese tiempo, se fueron creando las cuatro ramas restantes del equipo canino: antimotines, antinarcóticos, relaciones humanas o shows y canoterapia.
Para formar parte de los 300 animales del CRAC, que están repartidos a escala nacional, deben ser seleccionados a través de un test, con el fin de determinar su uso para las labores de los uniformados. Ron, por ejemplo, es un fiel representante de su agrupación. Por su habilidad, los habitantes de Pedernales, lo trataron como a un héroe. “Recibía ropa especial para soportar el calor y botines para que no se lastimaran sus patas”, recordó Ayala.
Para el uniformado, todos los perros tienen las mismas capacidades para sus labores y “todos son héroes”. Por eso, destacar las tareas de algunos y no de otros, sería algo injusto para los integrantes de cuatro patas.
Riesgos y recompensas
Coral es una perra rottweiler que vino de Eslovaquia (Europa). Hace aproximadamente seis meses, el animal estuvo en un partido de fútbol. Las hinchadas estaban tan eufóricas que comenzaron a lanzar pedradas a los policías y una de las rocas hirió a Coral en una de sus patas.
La herida no fue tan grave, pero comprometió su trabajo por un tiempo. Los uniformados le dieron los cuidados veterinarios suficientes y actualmente sigue como policía canina.
La institución se especializa en el adiestramiento de canes y entrenamiento de gendarmes para que puedan guiarlos, en misiones como la de antinarcóticos. En ese equipo está Alí, duro como el boxeador de quién tomó su nombre Muhammed Alí (Cassius Clay). Es un pastor manilois que olfatea todo narcótico camuflado. Para este perro no hay ambientes difíciles y así lo demostró durante un operativo en una casa. Los policías no hallaban la droga que supuestamente se camuflaba en ese lugar hasta que Alí hizo su aparición. Olió por todos lados y halló los alcaloides dentro de los tubos de una cama. La recompensa: varios detenidos y dosis fuera de circulación.
Las dos últimas escuadras del CRAC son algo suaves, pero no menos importantes: relaciones humanas (shows) y canoterapia. Para la primera trabaja Greta, una perrita de raza Jack Russell terrier. Fue donada por un oficial de la institución hace cuatro años y sus aptitudes son ideales para realizar shows para los niños o personas necesitadas en circunstancias adversas. Por eso, su habilidad también fue imprescindible durante el terremoto en la Costa de nuestro país. Llevó diversión a los albergues, donde los infantes jugaban con la pequeña o la veían hacerse la muertita, rezar o simplemente hacer proezas que su guía lo ordenaba.
En la segunda está Keisy, policía canina de 6 años de experiencia. Ella acompaña a los niños con capacidades especiales que visitan el Centro. Su docilidad ha servido para que las personas, en especial los menores de edad, se diviertan con ella. Su heroicidad radica en ser amigable con los infantes que se encariñan con ella, durante cada terapia en donde colabora.