Cansancio, malestar corporal y estomacal fueron los primeros síntomas que presentó Ana (24 años), quien sufrió del síndrome Guillain-Barré (SGB) en 2011.

Para sus padres, fue un suplicio ver reducidas varias de sus facultades. Le costaba caminar, no podía escribir, tenía visión borrosa, al hablar la boca se le viraba. Gracias a un diagnóstico y tratamiento oportuno, se recuperó y no le quedaron secuelas.

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Pese a ello, la familia de Ana está ‘mosca’, luego de que se conociera que, entre enero y mayo de este año, en Ecuador se han confirmado 22 casos de SGB, según la web del Ministerio de Salud Pública (MSP).

Darío Zambrano, especialista en enfermedades neuromusculares y neurología, dice que quien tuvo este síndrome puede volver a padecerlo. No se sabe cuál es su origen, pero el síndrome se desencadena por una reacción cruzada de una respuesta al sistema inmunitario, a una infección anterior de algún virus o una bacteria. “Los anticuerpos atacan a nuestro propio sistema y el principal blanco es el nervio periférico, que al dañarse produce los síntomas”.

Su colega Guillermo Romero informa que el SGB le puede dar a cualquiera, “es como una lotería”, aunque se da en mayor frecuencia en varones de 18 a 60 años. “Habría un 60 % (de probabilidad en hombres). En mujeres, un 40-45 %. Y en niños, un 10-15 %. Hay que estar atentos, pues la frecuencia aumenta, porque concomitantemente aumentan los procesos respiratorios”, dice Romero

La neuróloga María Eugenia Yépez recuerda que como en toda infección, lo ideal es lavarse las manos para evitar el contagio de infecciones respiratorias y gastrointestinales. Limpiar los alimentos y evitar ‘picar’ en la calle ni ingerir comida de dudosa procedencia.

Ante los síntomas (revisar infografía), vaya al neurólogo. Lo ideal es que lo revise unos 10 días luego del primer signo.

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