Una joven de 24 años se dirigía a su domicilio, en Yaruquí, al nororiente de Quito, y a pocos metros de llegar fue interceptada por dos hombres con un arma de fuego. Ellos la amenazaron, le arrancharon el celular, la mochila y huyeron.

La víctima le contó lo sucedido a los policías y ellos, junto a moradores, hicieron una búsqueda por el sector. Un vecino dijo que vio a uno de los sospechosos lanzarse a una quebrada y el populacho se aglomeró a sus alrededores para ubicarlo. También colaboró el Cuerpo de Bomberos.

Mientras lo hacían, otro grupo de vecinos llevó retenido a un individuo, quien fue reconocido por la joven como la persona que la había amenazado con el arma de fuego y arranchado sus pertenencias.

El sospechoso, de nacionalidad venezolana, fue trasladado hasta la Unidad de Flagrancia, mientras que el otro sigue prófugo.

Cuando era subido al patrullero, el supuesto ladrón fue reconocido por otra víctima. Se trataba de un chico, de 22 años, que horas antes no se había dejado robar por el extranjero y este, en su desesperación, le había lanzado una piedra a su espalda.