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Diario Extra Ecuador

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¡La pirotecnia, una tradición que sobrevive!

Un hombre asegura ser el último artesano de la pirotecnia, en Tambillo, cantón Mejía.

El trabajo lo aprendió de sus padres. Las obras le llegan cada vez que hay fiestas.

El trabajo lo aprendió de sus padres. Las obras le llegan cada vez que hay fiestas.Hamilton López

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Marcelo Llugsha aprendió el oficio de su padre, hace poco más de 30 años. Se trata de la elaboración de los juegos pirotécnicos, usados generalmente en la parroquia donde reside, Tambillo, en el cantón Mejía, al sur de la capital.

“Es una tradición que viene de mis abuelitos. Me enseñaban desde que era niño y trabajaba con mi papi”, acotó. Diariamente, el acompañar a su progenitor le dio más experiencias en esas labores.

Su humilde taller se encuentra a un lado de la Panamericana sur, cerca de una de las entradas al sector. Allí, la imaginación del artesano va tomando diversas formas en el carrizo, uno de las materiales principales en la creación de figuras.

La habilidad en sus manos va dando el acabado a cada obra que le digan que haga. “Dependiendo lo que me pida, hago mi trabajo”, asegura, mientras recorre el pequeño negocio de suelo de tierra.

Él, por ejemplo, ha hecho figuras de santos, también de las famosas vacas locas, así como los castillos que revientan en una festividad. Aunque también se caracteriza por los populares voladores, que se prenden para llegar al cielo y explotar en el aire.

Cada actividad tiene un tiempo determinado de elaboración. Todo dependerá de lo que el cliente le pida y la complejidad de la obra.

Para las piezas de pirotecnia, Llugsha compra a las personas que importan. También viaja a ciudades como Ambato (Tungurahua) o en Quito. “Compramos nitrato de potasio y clorato, con lo que se hace la pirotecnia”, señaló.

Él se considera como la última persona que es originaria de ese sector. Incluso se atrevió a decir que es el único que conserva la tradición en la localidad.

Lo que lamentó es que sus trabajitos cada vez son más escasos, debido a que no se aprecia mucho esta actividad. Él agradece que los vecinos le han ayudado para que la tradición permanezca intacta.

Asimismo, su esposa es un pilar fundamental para las obras que le llegan cada vez que hay una festividad, ya sea en su Tambillo querido o en otro lado.

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