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Planes de bioquímica sepultados en Canoa

Loja
Con el terremoto que sacudió al país se derrumbaron los planes de la bioquímica farmacéutica Gabriela Elizabeth Parra Celi, de 30 años, cuyo cuerpo estaba en la morgue de Santo Domingo.
La profesional lojana que trabajaba para el Ministerio de Salud en la capital había ido a descansar ese fin de semana al balneario manabita Canoa, desde donde, una hora antes del desastre, se comunicó con un amigo.
Tras dos días de desesperación, unos hermanos y primos hallaron su cuerpo sin identificar en Santo Domingo. Los dos lunares en su rostro y otro en un pie, así como sus documentos en un bolsillo, descartaron las dudas, explicó su progenitor, Segundo Parra.
En su ciudad, Loja, el cofre de Gabriela fue adornado con flores y al darle el último adiós sepultaron los proyectos que ella tenía.
La madre, Lilia Celi, comentó que la quinta de sus diez hijos le iba ayudar a hacer el trámite de su jubilación en el Magisterio. Además, ella planificaba comprar una casa y un vehículo a un hermano.
Aunque todo quedó en nada a Gabriela la recordarán como una buena hija y hermana, gran profesional a la que el 8 de junio le cantarían el feliz cumpleaños. (FI)