Actualidad
Productos ‘superpoderosos’

Lucero Llanos, Guayaquil
No llevan capa ni vuelan, pero sí tienen, por así decirlo, mayores poderes que los demás alimentos.
Se trata de los llamados ‘superalimentos’, una etiqueta que se han ganado algunos productos por tener una mayor concentración de nutrientes.
“Tienen bastantes proteínas, minerales y vitaminas que no se encuentran en un alimento común”, explica Adrián Yépez, especialista en nutrición fitness.
Además, según destaca Diva Sotomayor, máster internacional en Dietética y Nutrición, “proporcionan beneficios extras a la salud gracias a su alto contenido de fibra, antioxidantes y fitonutrientes”.
En la actualidad existe una gran variedad de productos calificados como tales: frutas, semillas y raíces, unos más conocidos que otros y procedentes de diferentes partes del mundo.
“Hay muchos que se consideran ‘superalimentos’, pero los que más se nombran son los arándanos, los frutos secos, el brócoli, té verde (matcha), cacao, salmón, quinua, ostras y un alga que crece en el mar llamada cochayuyo”, detalla la nutricionista Narcisa Zambrano, quien destaca que estos productos contienen proteínas, carbohidratos, antioxidantes y grasa en pequeñas cantidades, todo al mismo tiempo.
Yépez coincide en algunos de ellos y agrega a la lista el aceite de coco, la cúrcuma, la moringa, el acai, la remolacha y la miel.
Sotomayor también menciona a algunos de estos, además del vinagre de manzana, el aloe vera (sábila), las cerezas, el camu camu, el algarrobo, la pimienta cayena, las semillas de chía, la canela, el ajo, el ginkgo biloba, el ginseng, guaraná, el noni, la granada, la espirulina, las uvas, la cebolla colorada, entre otros.
“Los podemos consumir como parte de nuestras preparaciones alimenticias o en infusiones diariamente”, explica esta última profesional.
Buenos, pero no ‘mágicos’
Aunque la categoría ‘superalimentos’ no existe como tal en la literatura médica, los especialistas reconocen que esta estrategia de mercadeo tiene como positivo que las personas hayan volcado su atención hacia ingredientes que durante algún tiempo no fueron tan apreciados como ahora.
“En realidad siempre han estado presentes en nuestra alimentación, solo que no se les había dado el protagonismo que merecen”, manifiesta Sotomayor.
Sin embargo, también hay que tener presente que el hecho de que estos alimentos sean llamados así, no significa que su consumo ‘per se’ vaya a ofrecernos resultados ‘mágicos’.
El Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (Eufic), por ejemplo, advirtió que a pesar de que los estudios comprueben los beneficios de estos alimentos, la dificultad a la hora de aplicarlos en dietas reales se debe a que “las condiciones en las que se realizan las pruebas en los laboratorios suelen diferir de la manera en la que son consumidos normalmente por la gente en su vida cotidiana”.
La Asociación Americana del Corazón señala que “muchas personas tienen expectativas irreales sobre estos alimentos, pensando que estos los protegerán de enfermedades crónicas y otros problemas de salud, solo por comer uno o dos de estos ‘superalimentos’ en la cima de una dieta pobre”.
Yépez hace hincapié en este mismo aspecto y enfatiza que las personas deben entender que de nada sirve consumir alguno de estos productos si no se cambian los hábitos alimenticios.
“Es importante tener una buena dieta total. No basta con escoger esto y aquello porque es bueno si la alimentación sigue siendo un desastre, porque siguen comiendo azúcares y exceso de grasas saturadas. Si es que no corrigen esas fallas, no van a ver beneficios”, recalca.
A esto, Zambrano agrega la importancia de la actividad física, pues también forma parte de un estilo de vida saludable.