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Profesor muere en el cuarto de un chongo
El maestro de un colegio de Portoviejo disfrutó sus últimos minutos con una damisela y luego falleció por un infarto.
El night club fue cerrado. Afuera, los curiosos comentaban que, al menos, el ‘profe’ había muerto feliz.
Sus últimas ‘clases’ fueron en un chongo. Un profesor de colegio falleció en el cuarto de un chongo, justo después de disfrutar con una fémina de unos minutos de placer.
La alerta de muerte del hombre, de 46 años, fue dada por la dama que lo acompañaba en el cuarto, la noche del jueves 4 de abril.
Entonces, la música, las heladas en la mesa e incluso las sensuales damas que muestran sus cuerpos, dejando poco para la imaginación, quedaron de lado por varios minutos. Las miradas y la atención se trasladó hasta el cuarto número 7, de un centro de tolerancia de la parroquia Colón, en Portoviejo, provincia de Manabí.
Pasaban de las 18:00 cuando la incertidumbre invadió a los caballeros que habían acudido en busca de sexo o para “distraer” la vista con los panas.
Pero el hombre en el suelo, sin reaccionar, aglomeró y alteró también a las trabajadoras sexuales. Se trataba de Miguel Enrique Villacreses Delgado. Versiones de personas en el lugar indicaban que el ciudadano ya salía del ‘nido de placer’ cuando se desplomó y de allí no volvió a levantar.
“Ya había ‘hecho el trabajo’ y cayó”, dijo uno de los clientes del Night Club que evitó identificarse.
Paramédicos del Cuerpo de Bomberos acudieron al sitio a prestar los primeros auxilios, sin embargo solo pudieron comprobar el deceso de Villacreses.
Personal de la Policía Nacional arribó hasta el lugar para recabar indicios de esta muerte. Adrián, un adolescente que pretendía ingresar al centro de diversión, se vio impedido de hacerlo. Los gendarmes cerraron el lugar para evitar que se perturben las pruebas.
Docentes de una institución educativa de Portoviejo arribaron al sitio. Se pudo conocer que eran compañeros del fallecido. Ellos se mostraron consternados ante lo sucedido y posteriormente lo hicieron los allegados, quienes no podían creer lo que les habían contado. Ya nada podían hacer.
Los primeros datos señalan que Miguel habría muerto de un paro cardíaco. Jaime Alcívar Aveiga, fiscal de turno, autorizó el levantamiento del cadáver, el mismo que fue trasladado hasta el Centro Forense de Manta. La necropsia de ley revelará las causas del deceso.