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Profesor de música sería el presunto violador de una niña en Quito

Madre de la víctima afirmó que no existe boleta de captura en su contra y se acerca la audiencia de autollamamiento de juicio. La mujer teme que el sospechoso se haya ‘esfumado del mapa’.

Violación - Quito - Profesor de música
La pequeña ha recibido terapia psicológica y todavía mantiene el sueño de ser una violinista famosa.HENRY LAPO

Las melodías del violín que interpreta Adriana se tornaron tristes desde que tomó el valor de avisar a su madre que su profesor de música presuntamente la violó.

El hecho habría ocurrido en febrero del 2022, en una academia ubicada en el sector de La Alameda, centro de Quito.

La niña, de nueve años, alertó que el tipo que le daba clases, al parecer, solía amarcarla y sentarla en sus piernas. Luego la mecía mientras contaba desde el 1 al 35. Esto lo habría hecho por varios días hasta que, presuntamente, le metió los dedos en sus partes íntimas.

Su progenitora, Mercedes, denunció el hecho en la Fiscalía y contó que el sospechoso se acercó para rendir su versión de los hechos, pero ‘se hizo el loco’ y se acogió al derecho al silencio, según la mujer.

En junio se realizó la audiencia de formulación de cargos, en la que no estuvo presente el presunto violador y en la que el juez ordenó prisión preventiva en su contra.

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Desde entonces no se conoce el paradero del sospechoso y, por si fuera poco, Mercedes comentó que la boleta de su detención no ha sido subida al sistema de la Policía. De esto se dio cuenta en la audiencia preparatoria de juicio cuando le indicaron las autoridades que no se está buscando al presunto agresor de su hija porque no ha llegado la orden.

Calvario por tanto papeleo

Mercedes señaló que desde noviembre hasta la semana pasada ha preguntado en varios juzgados y en dependencias policiales si ya estaría reflejada en el sistema la boleta de captura en contra del presunto agresor. Sin embargo —decepcionada— aseguró que no le ayudan. “Los policías me dicen que no existe el número de oficio y que por eso no existe la boleta de detención”.

Cuando va a la Fiscalía para denunciar este retraso, según ella, le dicen que es un proceso administrativo del que no tienen injerencia.

Esto le causa indignación a la mujer porque quiere hacer justicia por su hija, pero aseguró que las entidades ponen trabas para lograrlo. “Con razón muchas personas se decepcionan y desisten en continuar con el proceso judicial”.

Mercedes tiene miedo que el presunto violador todavía esté dando clases clandestinamente, o peor aún, que se haya fugado del país y no dé la cara en la audiencia de autollamamiento a juicio.

La abogada Johanna Orbe, experta en violencia de género, dijo que en esta etapa el proceso judicial puede estancarse porque para dicha audiencia, “el implicado debe, obligatoriamente, estar presente”.

La jurista recomendó a Mercedes que no debe esperar la voluntad de las autoridades y ella mismo debe presionarlas para que se agilice el proceso.

Con respecto a la boleta de captura, a Orbe se le hace extraño que no conste en el sistema. Según ella, ese documento va directamente desde el juzgado hasta la Policía Judicial “para que puedan empezar la búsqueda o subirle al sistema y que en cualquier operativo lo detengan”.

La abogada añadió que también pueden presionar con un escrito dirigido al tribunal penal donde se sigue la causa indicando que hay una anomalía y que se oficie a la instancia correspondiente a fin de que certifiquen que se encuentra subida la orden de captura.

Violación - Quito - estudiante
La pequeña ha recibido terapia psicológica y todavía mantiene el sueño de ser una violinista famosa.HENRY LAPO

Música triste

El sueño de Adriana es ser violinista y sus padres dijeron que no permitirán que este hecho impida que lo cumpla. Por eso, con la ayuda de un psicólogo pretenden que la menor mantenga las mismas ganas de ser artista como antes. “Destruyó los sueños de mi hija”, comentó Mercedes.

La menor tuvo intenciones de quitarse la vida. Sus padres encontraron una nota en la que la pequeña escribió: “quiero morirme”.

Como parte del proceso sanador quemaron el violín con el que practicaba en dichas clases y le compraron otro. Ahora estudia en el conservatorio, pero todavía tiene miedo.

Mercedes aseguró que irá hasta las últimas consecuencias para ver al agresor de su hija tras las rejas y que la pequeña no se convierta en una estadística más de la violencia sexual en los centros educativos.

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