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Prometió que volvería, pero se fue con Dios

Anny Bazán, Guayaquil
Como todos los años, Wálter Enrique Balladares Benalcázar acudió, movido por su fe religiosa, a la procesión del Cristo del Consuelo, celebrada ayer en Guayaquil, pero esta vez no regresó a su hogar. Un infarto lo llevó junto a Dios, al que tanto adoraba.
El hombre, de 60 años, salió a las 06:00 de su hogar, ubicado en las calles 21 y la Q, en el suburbio porteño, y dos horas después su salud desmejoró. Siempre iba acompañado de su esposa, pero esta vez le dijo “Negrita, quédate en casa que ya regreso y nos vamos a la procesión de las siete iglesias”, relató entre sollozos María Elena Guamán, mujer del fallecido y quien se enteró de lo ocurrido doce horas después.