A pesar de que Andrea Duque y Jefferson Aguirre se han refugiado en la palabra de Dios. El ‘golpe’ que les dio la vida no ha sido nada fácil. Desde el 10 de febrero pasado, la vida les cambió por completo. EXTRA publicó su caso en este mismo espacio en la edición de ayer: Jefferson recibió una descarga eléctrica que lo dejó sin piernas ni brazos.

Pero no se quedó ahí, este Diario se contactó con el Patronato San José del Municipio de Quito, que tomaron los datos de la pareja para hacerles una visita. Desde el Departamento de Comunicación dijeron que precisamente se están estructurando cambios en el protocolo que atiende este tipo de casos, con la finalidad de extender las ayudas.

LAS POSIBILIDADES

La esperanza de la pareja es que el afectado pueda recuperar su movilidad con la adquisición de prótesis que, las más básicas, costarían por lo menos 4.000 dólares.

A decir de Juan Sebastián de la Torre, traumatólogo y ortopedista, de acuerdo a la forma en que quedaron sus miembros luego de las amputaciones, sí podría volver a moverse, aunque no al 100 %. “Definitivamente, sería una mejora en su calidad de vida. El objetivo de las prótesis es esa”, aseveró.

Sin embargo, este tipo de rehabilitación ya estaría a cargo de un especialista. “Un cirujano de mano me acaba de confirmar que en el país ya se han fabricado prótesis robóticas”, comentó. Estas prótesis le permitirían a Jefferson tomar objetos en las manos, lo que sería una mejora aún más significativa.

Mira su historia en nuestra entrega anterior: Quito: La tragedia de Jefferson, tras accidente casero le amputaron los brazos y las piernas

TODO CUENTA

La ayuda que necesita esta joven pareja es integral, pues tampoco han tenido apoyo psicológico completo. “Mi esposo tuvo unas reuniones, pero nunca se sintió cómodo o en confianza”, contó Andrea.

David Landázuri, psicólogo clínico, explicó que la atención psicológica debe ser sostenida y, sobre todo, para toda la familia. “Aunque para ello se deben cubrir primero las necesidades básicas”, acotó.

Andrea ha sido el apoyo de su esposo desde el primer día, pero también se ha quebrado. “Yo trato de disimular, pero a veces no puedo. Sé que debo ser fuerte para sostenerlo”, comentó con voz entrecortada.

Landázuri explicó que la situación se debe manejar como un duelo. “Es una pérdida como cualquier otra. En los hospitales públicos debe haber un protocolo”.

También se debería acompañar a la toma de decisiones, pues la vida cambia por completo. “Hay que ayudarlo a ver qué cosas puede hacer ahora. Qué nuevas posibilidades tiene”, sostuvo. Aun así, la pareja no ha dejado de poner la mejor actitud frente a las adversidades.

¿Quieres leer más contenido de calidad y sin restricciones? ¡Suscríbete aquí!