Un nuevo método de robo que mezcla manipulación psicológica y amenazas armadas preocupa a los residentes y estudiantes de Samborondón. La falta de policías agrava el problema.

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Un video viral muestra nueva forma de intimidación 

Una joven universitaria grabó el momento en que fue abordada por tres desconocidos mientras caminaba por el sector de El Tornero, en La Puntilla, Samborondón. 

El video, difundido ampliamente en redes sociales, muestra el modus operandi de los delincuentes, quienes recurren a historias absurdas y confusas para desorientar a sus víctimas antes de pasar a la amenaza directa.

“Me hablaron de un narcotraficante, su hija, un robo… cosas sin sentido. Me asusté y empecé a grabar”, relata la joven en el clip. La grabación, que dura casi dos minutos, evidencia el giro violento de la situación cuando los agresores notan que están siendo filmados.

No me hagas sacar lo que tengo en la mochila 

En cuestión de segundos, el tono cambia de confuso a amenazante. Uno de los sujetos, alterado, advierte: “Yo soy sicario, no me hagas sacar lo que tengo en la mochila y meterte dos tiros”. El rostro de la joven refleja temor, pero mantiene la grabación, lo que probablemente impidió que el robo se concretara.

El incidente ha desatado preocupación entre estudiantes, especialmente de la Universidad UEES, cercana a la zona, donde se han denunciado otros casos similares por medio de cuentas anónimas en la red social X (antes Twitter).

¿Poca seguridad para una parroquia transitada?

Según datos revelados por el diario EXPRESO, de los 120 uniformados que tiene Samborondón, apenas 20 cubren La Puntilla por turno. Y de esos, solo 18 están realmente activos, ya que dos se dedican a custodias fijas: un arresto domiciliario y la seguridad de un ministro.

Además, este reducido personal cuenta con solo tres patrulleros y cuatro motocicletas para resguardar toda la parroquia, una de las más transitadas del cantón. Esto hace que la reacción ante hechos delictivos sea tardía o inexistente.

Autoridad fantasma 

Hasta el cierre de este reportaje, el Teniente Coronel José Haro, responsable del circuito Samborondón, no respondió a las solicitudes de información sobre el caso. 

La falta de pronunciamiento oficial refuerza la percepción de abandono en sectores como El Tornero, donde la inseguridad crece silenciosamente.

Mientras tanto, los ciudadanos y estudiantes continúan expuestos a nuevas formas de delito que no requieren armas visibles, sino el uso de la palabra como herramienta de terror. Un recordatorio de que, cuando la seguridad flaquea, el miedo se vuelve cotidiano.

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